"...El placer ha sido mio..."

...El placer ha sido mío...

SACRIFICIO
(RAE): Acción a que alguien se sujeta con gran repugnancia por consideraciones que a ello le mueven.

No, señores y señoras, dar el pecho no debe ser un sacrificio. Debe ser un PLACER.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Adivina cuanto te quiero

Hoy Boliche se ha quedado con mi madre que tiene puente.
He hablado con él hace un ratillo para ver que tal estaba y he conseguido tenerle un minuto entero al teléfono contándome que ha hecho y que va a hacer durante la mañana.
Después de repetirme 5 veces que iba a ir a jugar a la “panca” (petanca), le he pedido que me dijera cuanto me quería y en vez de decirme lo de siempre, osea “musho”, me ha dicho, “te quero mamá”, ya os hacéis una idea de cómo me he puesto.
La baba me ha llegado a las rodillas. Ains! que forma de perder la compostura. En cuanto le vea me lo como de tres bocados.
Pensando un poco en lo feliz que nos hace oír esas maravillosas palabras, me he acordado de que llevo tiempo queriendo hablar de uno de mis cuentos favoritos y nunca encuentro momento.

Hace algún tiempo alguien (creo que fue una prima mía) me habló de este libro.
En realidad no me dijo de que trataba pero el título ya me sedujo lo suficiente como para caer en la tentación.
Un día me acerqué a la Casa del Libro y me puse a buscarlo.
Había una edición nueva, más pequeñita y que venía con un sobre por si querías regalarlo.
Pensaba llevarme uno pero antes dije, voy a echarle un vistazo que parece pequeño y en un par de minutos me lo leí.
Creo que ya he dicho alguna vez que soy una llorona, ¿verdad?, pues será fácil imaginar la escena.
La Teta a pie firme delante de unas estanterías, sorbiendo el moco y limpiándome los ojos arrasados de lágrimas cuando llegué a la página final.
Un señor que había al lado se fue apartando de mí, así, disimuladamente, esperando que en cualquier momento la loca esta se pusiera a amenazar al personal o algo así.

Lo mío es muuuuu fuerte!, soy tan llorona que el sábado me puse a ver la película “Juno”, que se supone que es una comedia y cuando acabó había gastado un paquete de pañuelos de papel yo solita. Debería hacérmelo mirar, ¿a que si?.

Al lío (como te enrollas Teta…), el cuento del que os hablo se titula ADIVINA CUANTO TE QUIERO. Está escrito por Sam McBratney e ilustrado por Anita Jeram.
Es tan tierno como un bollito de chocolate recién salidito del horno (se nota que estoy a régimen, ¿verdad?).
A mi me pasa, no sé si a vosotros también, que a veces me resulta un poco difícil explicar con palabras ese sentimiento arrollador, fuerte, tierno, grandioso, mágico, que es el amor a los hijos. Y lo más dificil de explicar,

¿cómo medir ese sentimiento?.

Yo siempre le digo a Boliche que le quiero infinito elevado al infinito y aun así me parece que me quedo corta.
Creo que aun no me entiende muy bien, debe ser que todavía no han explicado lo del infinito en la guardería, así que me apoyo en este bonito cuento para hacérselo entender.
A él, le encanta ver los dibujos de las liebre grande y la liebre chiquita y a mi me encanta ver sus caras y oír su risa cuando me pongo a imitar la cara de la liebre grande y le muerdo la barriguilla.

Si tenéis oportunidad, echadle un ojo. No os defraudará.