"...El placer ha sido mio..."

...El placer ha sido mío...

SACRIFICIO
(RAE): Acción a que alguien se sujeta con gran repugnancia por consideraciones que a ello le mueven.

No, señores y señoras, dar el pecho no debe ser un sacrificio. Debe ser un PLACER.

lunes, 3 de mayo de 2010

PARTO Y POSTPARTO, parte III


La epidural

Menos mal que el asturiano no tenía que meterme mano porque que lo hagan los desconocidos pues, aunque sea un poco ridículo, me da menos corte pero uno al que voy a tener que ver luego por el verano, pues hombre, no me hacía mucha ilusión. Por lo menos a los otros no iba a tener que verlos después.

El caso es que el asturiano era el enfermero que tenía que ponerme la vía. Todavía tengo la cicatriz y estoy esperando encontrármelo para ajustar cuentas…

Después me mandaron subir a una habitación y allí me dijeron que me desnudara y me pusiera la famosa bata, esa que nunca sabes si te la tienes que atar por delante o por detrás, y a esperar.

Aquí empieza un desfile de personal a dar órdenes. La única que se presentó fue la matrona (que no conocía) y de la cual no recuerdo su nombre.
Me dijeron que me pondrían el famoso enema y que me afeitarían. La matrona en los cursos de preparación nos dijo que no nos depiláramos 5 días antes porque es mejor hacerlo justo en el momento. También nos comentó que si queríamos podíamos negarnos al enema pero yo preferí ponérmelo porque no quería averiguar si era cierta la leyenda urbana de que todas la mujeres se cagan (perdón) en el parto.
Aunque luego descubrí que aun así me cagué, pero en el padre de la anestesista, del celador (sigo cagándome en toda su raza) y de varias enfermeras. Pero no voy a adelantarme a los acontecimientos.

No se si es normal que alguna vez en su vida todo el mundo se ponga un enema. Para mi, al menos, era la primera vez. No me resultó desagradable como me habían comentado algunas amigas. Fue rápido e indoloro.

Pasada ya la parte más escatológica del parto vino la anestesista cuando ya me habían conectado todos los cables y cosas necesarias para el control del feto y del mío propio. Era una chica de unos 40 años, y no recuerdo mucho más. Yo ya tenía contracciones cada 5 o 6 minutos y me dolía bastante. Entonces me preguntaron que si quería epidural y yo que soy una cagona, y ahora no me refiero sólo al tema del enema, pues dije que si. Que a mi lo de aguantar el dolor pues que no me va mucho. Que para algo están las drogas, joder. Además después de un embarazo sin poder tomarse ni una maldita pastilla pues una tiene ganas hasta de cogerse una sobredosis aunque sea de Micebrina.
La anestesista me dijo que me sentara en plan toro sentado de espaldas a ella y que me agachara sobre mis piernas. Que jodía!, con el bombo que yo tenía. Ya no me da pa’ más el cuerpo y ahora la tía esta me pide que empiece a poner posturitas de gimnasia rítmica. A todo esto a mi esposísimo todavía no le habían dejado entrar y yo estaba deseando verle, no es que fuera a ser de gran ayuda pero si de apoyo moral, o eso pensaba yo.

Después de insistir pinchándome en la espalda varias veces hasta que consiguió meterme el catéter bien, me dijeron que me relajara y empezara con las respiraciones. Tengo que decir que o yo las hacía mal o eso es un engaña bobos. Seguramente sea la primera, pero cuando tienes unos dolores como los que se tienen en un parto a mi las respiraciones esas me sonaban a coña. La madre que me parió!, que dolor joder. Y la epidural no me hacía efecto.

Mi esposísimo ya había entrado a la habitación y estaba dándome ánimos. Le dije que se durmiera un rato si quería, pero se lo dije en el plan en el que las mujeres decimos las cosas. Osea, te digo que si quieres te duermas pero espero que por tu bien no se te ocurra ser tan desconsiderado. Y mi esposísimo se lo tomó como se lo toman los hombres (generalmente), osea me hizo caso y se durmió. A los 20 minutos me puse a decir: Ays! Ay! Ay!, y se despierta todo sobresaltado, qué pasa?, qué pasa? y le digo nada que me aburro, no te jode. Tu qué crees?, que piensas estar durmiendo hasta mañana?. Se lo que estáis pensando, pobrecillo…, pero es que el niño es de los 2, coño!, es mucho pedir que al menos me acompañe mientras estoy pariendo a su hijo?!?!?!?!?!?!?!


Intenté distraerme con la música del mp3 y haciendo sudokus pero no me salía ni un puto número y cuando mi esposísimo vio que me estaba alterando, más que otra cosa, la dichosa maquinita decidió convencerme para que la dejara yo voluntariamente antes de que saliera volando por los aires.

Oye cariño, esto no es normal. Llama a una enfermera porque ya ha pasado casi una hora y la epidural no ha hecho ningún efecto.
Viene una enfermera se lo cuento y me dice que le meta una dosis extra (un bolo) apretando la pera que tengo en el cabecero. Casi una hora después le meto otro bolo porque yo tenía unos dolores de la leche y aquello no me hacía nada. Yo sólo pensaba, vaya timo la epidural, no puede ser que no me haga nada. Así que llamamos otra vez a la enfermera que a su vez llamó otra vez a la anestesista. En las siguientes 3 horas me pincharon 5 veces más. Yo ya estaba acojonada, claro. Pensando a ver si me dejan paralítica estas cabronas con tanto pinchazo en la columna. Y aquello seguía igual hasta que se me empezó a dormir la boca y empecé a decir gilipolleces.