"...El placer ha sido mio..."

...El placer ha sido mío...

SACRIFICIO
(RAE): Acción a que alguien se sujeta con gran repugnancia por consideraciones que a ello le mueven.

No, señores y señoras, dar el pecho no debe ser un sacrificio. Debe ser un PLACER.

martes, 15 de febrero de 2011

Eso no se hace!


Este fin de semana ha sido bastante completito.

El sábado tuvimos comida en casa de unos amigos y lo pasamos genial.
Venía otra pareja de amigos que tiene un niño de 3 años y otro bebé de un mes.
Boliche se lo pasó en grande y calló en la cama totalmente desmayado.
Y el bebé…, bueno el bendito bebé se portó de maravilla todo el día.
Tomaba su teta, se quedaba frito y al carro a seguir durmiendo hasta la siguiente toma.
Daba igual que los gremlins estuvieran dando gritos por allí que ni se inmutaba.

Yo pensaba que era una leyenda urbana. Que esos bebés eran tan irreales como los cocodrilos de las alcantarillas de New York, pero va a ser que no. ¡EXISTEN!

La mamá sobre todo está encantada, claro, porque esto le permite poder atender al mayor más fácilmente e incluso descansar.
Además como el primero no fue precisamente así de bueno, todavía saber valorarlo aun más, si cabe.
Yo desde luego, me voy a pedir uno de esos para reyes, a ver si esta vez cuela.

El domingo, pasamos la mañana muy tranquila. Haciendo cosillas pero sin estresarnos mucho y por la tarde fuimos a una ludoteca porque Boliche estaba invitado a celebrar un cumpleaños.

No habíamos ido nunca a una ludoteca, pero sí le había echado el ojo a alguna por internet para ver como funcionaban.
El plan era estar un rato jugando en el parque de bolas, luego, hacer una actividad de manualidades, tomar una pequeña merienda y volver al parque de bolas a jugar otro rato.

Boliche se lo pasó muy bien. Aunque solo conocía al cumpleañero, estuvo todo el rato subiendo y bajando por las rampas y saltando en las colchonetas.
Se tiró una vez por el tobogán pero no le gustó porque desde el final de tobogán hasta el suelo había medio metro y claro el golpetazo al llegar al suelo era bien majete.
Imagino que eso está así pensado porque se supone que esa zona debe estar llena de bolas y claro el niño debería caer a la piscina de bolas, pero como solo había unas pocas bolas por ahí desperdigadas pues allí no había nada que amortiguara el golpe.
Una cutrez total y sobre todo un peligro para los niños.

La que no se lo pasó tan bien fui yo.
Solo conocía una mamá y aunque en principio para mí esto nunca ha sido un handicap porque yo me enrollo hasta con las piedras, el rollito que tenían no me gustaba ni un pelo.
Así que salí de allí un poco mosqueada.
Hubo varias cosas que no me gustaron pero lo que peor me pareció fue cuando una niña quería quitarle el juguete a otro niño y este para evitarlo le arreo un mordisco a la niña.
La niña va llorando a decirselo a la madre del nene mordedor y la madre en vez de decirle a su hijo que "ESO NO SE HACE", le dice a la niña, “ ¿y tú que le has hecho para que te mordiera?, a lo que la niña responde que quería quitarle el juguete y la mamá, le suelta, “es que hay que compartir los juguetes, cada uno un ratito”. Y se quedó más ancha que larga, la tía.

Yo no me lo podía creer. No solo no le dice a su hijo que eso que acaba de hacer no debe hacerlo, sino que encima, le dice a la niña como debe comportarse y que debe compartir. Tocate las bolas, Mariano!

Yo alucino en colores con algunas cosas, de verdad.
Ese tipo de cosas nunca me han gustado pero desde que sufro en mis propias carnes o mejor dicho, Boliche sufre en sus propias carnes ese tipo de conductas por parte de otros niños que han sido reforzadas con la actitud de sus padres, ya si que me llevan los demonios.

Mi hijo ni pega, ni se defiende. Es así de pavo.
Y cuando digo que no se defiende, no me refiero a que devuelva el golpe, no. Me refiero a que al menos se cubra con los brazos. Pero nada.

Lo he hablado con su profesora y me ha explicado que hay algunos niños que tiene la mano o la boca más floja y se les escapan los guantazos o los mordiscos y que cuando Boliche es objeto de algún zarpazo por ahí suelto, lo único que hace es llorar.
Claro, normal. Es que en casa siempre le hemos dicho que no se pega. Que eso está muy mal. Que va a hacer el niño.
Y soy consciente que algunos niños pegan o muerden aun insistiendo sus padres en erradicar ese comportamiento, pero los niños son así (aunque para eso están sus padres, para seguir trabajando en ello y evitar esas conductas).

Ahora ya, si tu hijo pega o muerde y encima tú no le corriges y le haces ver que no pasa nada y que está justificado su comportamiento, pues apaga y vámonos, imagínate que panorama. Todo el día repartiendo leches y/o bocaos a diestro y siniestro.
Y yo que sé lo que es eso, que lo he sufrido de pequeña con mis primos, pues maldita la gracia que me hace.

De que me sirve explicarle a mi hijo lo que está bien y lo que está mal, si luego se va a encontrar con situaciones así.
Con permiso de una de mis blogueras favorita, seguimos a contra corriente.





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