"...El placer ha sido mio..."

...El placer ha sido mío...

SACRIFICIO
(RAE): Acción a que alguien se sujeta con gran repugnancia por consideraciones que a ello le mueven.

No, señores y señoras, dar el pecho no debe ser un sacrificio. Debe ser un PLACER.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

No se nos puede sacar de casa

No tenía intención de escribir nada hoy porque estoy con la depre post-puente (que no he tenido).
Esto de currar un día sí y otro no, luego me vuelve loca. No sé si estamos a miércoles a lunes o que narices.
El caso es que tengo puesta la radio y ponen a la Ga-Ga (como todos los días varias veces) con el Alejandro de los webs.
Se puede odiar y amar una canción a la vez? Yo creía que no.
Es más, estaba segura de que no, pero ahora me doy cuenta de que estaba equivocada.
Cuando escucho esta canción primero me da un escalofrío y pienso, piedad, otra vez no!, pero luego me inevitablemente me viene una sonrisa a la boca.

En lo que a música se refiere, yo adoro a Manolo García. El ha puesto la banda sonora de mi vida desde que tengo 7 años, osea que imaginaos si es una persona importante en mi vida.
Por otro lado odio a OBK, ¿por qué?, bueno en realidad no lo tengo muy claro, pero les odio, casi tanto como al Alex Ubago ese (por el amor de dios que alguien le consiga una novia de una maldita vez), que nadie se ofenda, pero me sale urticaria cuando los oigo. Para mi sería una tragedia que decidieran hacer una colaboración juntos porque tendría que apagar la radio de por vida. De verdad, es que no puedo.
Por todo esto, yo no puedo odiar una canción de Manolo García y no puedo amar una canción de OBK (o Alex “deprimente”Ubago).


Así era yo de tajante, hasta que la Ga-Ga estrenó su cancioncita “Alejandro”, por cierto no sé si habéis visto el video pero no tiene desperdicio.
Entre lo que repite en la cancioncita el Alejandro, Roberto y Fernando de las narices y las mil veces diarias que ponen la canción en todas las emisoras de radio (excepto en Rock&Gol), ya estaba yo cogiéndole una manía terrible.
El caso es que este verano cuando estuvimos en Londres, tuvimos una anécdota muy divertida (ahora me río) en una tienda de allí y la canción que aderezaba la situación, ¿cual era?, siiiiii, el Alejandro dichoso.

Cuando estuvimos en New York, ya estuvimos en esa tienda comprando camisetas y sudaderas tipo canguro. Se llama Abercrombie&Fitch.
Era una tienda muy curiosa, parecía una discoteca y nuestras condiciones también eran muy curiosas porque íbamos acompañados de mis suegros y de mis padres. ¿Nunca os he contado nuestro viaje a N.York?, uys!, eso sí que tiene tela, pero lo dejaré para otro post.
El caso es que cuando estuvimos en Londres queríamos pasar por la de allí para comprarnos algo más.
Después de dar cuarenta vueltas, la encontramos. El número de la calle no se corresponde realmente con su situación. Un poco raro, pero bueno.
Cuando llegamos, aquello parecía pavo-landia, pero daba igual, nosotros queríamos entrar porque seguimos con espiritu espinillil.
En la puerta había 2 tíos, bueno, dos críos, que te saludaban cuando entrabas con una sonrisa maravillosa y unos “dientes dientes que es lo que les jode” como asesorados por la Pantoja mostrando una blancura antinatural. Que envidia!
En el hall de entrada había un modelo en vaqueros y con el torso desnudo. Ahí!, marcando tabletita de chocolate y una tía, cámara de fotos en ristre para dejar la estampa como recuerdo para la posteridad.
Dentro de la tienda cientos de adolescentes corrían de un lado para otro cargados con bolsas. La tienda por dentro, al igual que la de NY estaba casi a oscuras y con la música a todo trapo.
Mientras la Ga-Ga repetía y repetía, dale que te pego que si Don´t call my name Alejandro, nosotros no sabíamos ni por donde empezar.
En la primera planta había niños divinísimos de la muerte y guapos a rabiar bailando al ritmo de la canción. Ahí, dándolo todo y con la melena al viento, ventilador incluido. Todo de anuncio, claro. Y nosotros que sólo nos faltaba la cesta en el brazo con el chorizo, la hogaza de pan y la bota de vino.
Aquello era una locura. Había una cola de 1 km para los probadores. Vale, no pasa nada, me despeloto aquí mismo y me lo pruebo. De seso nada bonita. Que no pasa nada tonto y a mi de me da igual, total ya me ha visto las tetas media España, pues porque me las vea media Inglaterra. Tu que quieres que nos lleven a la cárcel?.
Da igual, después de echar un ojo resulta que la cola para pagar era de 2 km.
Ay dios mío que calor!, me va a dar algo… y aquello de repente que se descontrola.
Boliche en la silla bailando a la Ga-Ga, su padre diciendo que se quiere hacer una foto con el modelo de la puerta pero él también enseñando ombligo, así a pelo, pero sólo para comparar, 40 tías corriendo a mi alrededor como poseídas por el espíritu de Versace. Socorro!!!!!!!
Boliche que se empieza poner nervioso. Papá de Boliche que se empieza a poner nervioso, Mamá de Boliche que empieza a notar palpitaciones y sudores fríos. Y la GaGa que seguía con el Alejandro, don´t call my name. Parece que todo lo que tenga que ver con la GaGa, inevitablemente se tiene que convertir en un espectáculo
Que chow!, si es que no se nos puede sacar de casa, coño!

Salimos corriendo de allí como alma que lleva el diablo. Casi una hora nos costó recuperarnos de shock.
Quita quita que me den a mi un Zara, un Mango y arriesgando mucho que sea en rebajas pero nada más. Que ahora me río cuando oigo a la Ga-Ga recordando la historia, pero en esos momentos me daban ganas de gritar, FUEGOOOOOOOOOOOO!!!!!