"...El placer ha sido mio..."

...El placer ha sido mío...

SACRIFICIO
(RAE): Acción a que alguien se sujeta con gran repugnancia por consideraciones que a ello le mueven.

No, señores y señoras, dar el pecho no debe ser un sacrificio. Debe ser un PLACER.

martes, 14 de septiembre de 2010

Activando el tren de aterrizaje

Parece que está, es la “refinitiva”.
Ayer por la tarde llegamos a casa cargados de sueño, momentos de risa para recordar, anécdotas, fotos, maletas (otra vez), algún que otro picotazo de mosquito y varios kilos de tomate (del bueno).

Las fiestas se han acabado y un año más te dejan ese regusto en la boca agridulce que dan los ratos de risas con los niños y los amigos y esa sensación un poco desagradable que viene cuando piensas que se acabó lo bueno. Y que el invierno está a la vuelta de la esquina. Con lo que me gusta a mí el solecito.

Los paseos con Boliche, los columpios del parque durante horas y horas, los juegos con sus primos en la calle o en las peñas. El salir en pijama a la calle en el pueblo, sin horarios fijados para dormir y comer. Dejándose llevar, puramente por las necesidades que demanda tu cuerpo.

Esta misma sensación la tenía cuando era una cría y se acababan las vacaciones y había que volver al cole.
Hoy la vuelvo a tener pero no por mí, sino por Boliche.
Sé que le va a costar adaptarse en ese sentido, más que el año pasado. Ahora mismo está en estado salvaje y tiene que pasar de estar 8 horas al día en la calle a estar 8 horas al día en la escuela. Y eso es duro.

Esta mañana, le he dejado por primera vez después de mes y medio sin pisar por allí y claro, ha pasado lo que ya sabía yo que pasaría, que se ha pillado una chota del 15.
Casi tres horas después ha ido su padre a buscarle y cuando le ha visto ha puesto cara de ver a Dios.
Según “super-Patri” no ha estado del todo mal. Ha llorado algún ratillo, pero claro ni punto de comparación con el año pasado.

Como conoce a su seño y a sus compis, pues sólo tendrá que volver a coger el ritmo de los horarios. Pero aun así se hace duro.
No puedo hacerle entender que la vida es así. Que tiene momentos más divertidos que otros, pero que incluso eso hace que sepamos apreciar mejor los buenos.
No. Esas cosas todavía no las entiende.

Esta mañana después de darle mil besos para despertarle y de decirle, venga cariño!, que nos vamos a la calle!!!. Me ha dicho, no!, a yalle no!, a máma ( no, a la calle no, a la cama). Pobre, que penita me ha dado, con la carita de paz y felicidad que tenía durmiendo.

Bueno, creo que se nota que estoy un pelín de bajón. Me he mal acostumbrado a tenerle conmigo más tiempo del normal y ahora, otra vez a separarnos. Será la hijitis!.

Mi padre dice (y exagera) que le va a venir bien porque tenía mucha mamitis otra vez.
Que si cuando tú no estás en su radio visual se pone tontorrón. Que si mira el bebé de fulanita que pasa de brazo en brazo y se queda tan feliz, que si tal y que si cual.

Pues hombre normal, es que soy su madre. Yo soy la que está pendiente de él en todo momento. Lo cojonudo sería que tuviera abuelitis!!!!.

El tema de la mamitis ya lo tocaré otro día, que tengo mucho que decir.

Éste es uno de esos días en los que me acuerdo de la familia de la mano inocente de “Loterías y apuestas del estado”.

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