"...El placer ha sido mio..."

...El placer ha sido mío...

SACRIFICIO
(RAE): Acción a que alguien se sujeta con gran repugnancia por consideraciones que a ello le mueven.

No, señores y señoras, dar el pecho no debe ser un sacrificio. Debe ser un PLACER.

martes, 7 de septiembre de 2010

Los viajes de Boliche. Londres I.

Como veo que a mamá parece que le da pereza ponerse a contar como fue nuestro viaje a Londres, voy a intentarlo yo.
A ver si me arreglo con este trasto que tanto me gusta aporrear.
Ah!, se me olvidaba. Hello!, soy Boliche.
Empezamos.

Lunes, día 9 de agosto.

Después de que mi mamá consiguiera, todavía no sé cómo, meter todo lo que había por el salón de casa, en dos maletas, nos fuimos al almacén de “viones” (aeropuerto).
Que emoción!, vaya chulada!. Por todas partes había un montón de “viones nandes” (aviones grandes) que iban de un lado para otro y hacían mucho ruido.

Me lo pasé muy bien corriendo de un lado a otro con los nenes que había allí también, esperando para montarse en el “vión”. Aunque fue un poco cansado.
Mamá y papá no hacían más que mirar unas teles grandes que colgaban del techo y poner la misma cara que ponen cuando tiro la comida por los aires o decoro las paredes de casa con pinturas.
También parecían preocupados porque mi “ñam-ñam” iba en la maleta y sólo llevaban un “ayur” (yogurt) y unas “etitas” (galletitas).
Pero a mí me daba igual el ñam-ñam, yo sólo quería correr y tirarme por el suelo con los otros nenes.
Después de mucho rato (no sé cuanto porque mis papás no me quieren comprar un “tic-tac” (reloj), nos montamos en un “vión”. Ya era muy tarde y quería “momir” (dormir), así que no me acuerdo muy bien del viaje.
Cuando llegamos a Londres, yo ya había dormido un buen rato así que me espabilé bastante y así pude disfrutar de algo que me gustó todavía más que el “vión”, el “teeeeen” (tren)!!!!!!!!!.
Vaya chulada! Y que “naaaaande” (grande) era!.

Lo cogimos en el mismo sitio donde nos dejó el “vion” y desde allí fuimos a Victoria Station. Allí tuvimos que coger un taxi porque era muy tarde y no había “teeeeeen yo-yo” (metro).
Mamá me dijo que teníamos que haber llegado al hotel a las 7 (pm, UK) y llegamos a las 4 (pm, UK)!!!!!. Todavía me lío mucho contando con los dedos de las manos, pero creo que llegamos 8 horas tarde.

Cuando llegamos al hotel, mamá y papá volvieron a poner la cara de “Boliche, eso no se hace”, cuando el señor que había regalando llaves de plástico detrás de una mesa les dijo que no había cuna para mí.
Chupi!, hoy también dormiré con mamá, como en casa.
Nos dieron una habitación con una cama “nande” y otra “titita” (chiquitita), pero sólo sería esa noche porque luego nos buscarían una cuna para mí. Porras!.

Como estábamos muy cansados, nos fuimos a “momir” en seguida.
Cambio de “mañal” (pañal) y “a máma, a mamá” (a la cama con mamá).

Martes, día 10 de agosto.

Cuando nos levantamos, ya se había pasado la hora del desayuno.
Pero yo tenía mi teta, la “cheche” (leche) y mis “etitas” (galletitas), así que yo iba servido.
Nos aseamos, nos vestimos y nos fuimos “a yalle” (a la calle).
Mamá ya tenía localizadas varias tiendas y como además conocía el barrio, fuimos directos a nuestra tienda favorita. Tesco.
Todos los días pasábamos por allí 2 veces.

Por la mañana comprábamos lo del desayuno porque lo que ponían en el hotel no nos gustaba mucho.
Mamá y yo nos peleábamos por los Muffins Blueberry y papá prefería algo salado o unos donuts muy divertidos de muchos colores.
Un paquete de fruta muy rica que ya venía preparada como la que hace mamá para mi merienda, agua y zumos.
Por la noche, cogíamos la cena y mi “cheche”.

A mamá le gustaba mucho esa tienda. Siempre buscando cosas para sus tartas y sus galletas. Ummmmm!, que ricas, ñam-ñam.
Y papá siempre le ponía la misma cara que me pone a mi cuando me persigue por casa para que me vaya “ a máma” (a la cama).

Después de desayunar nos fuimos al “teeeeen yo-yo” (tren rojo, osea el metro).
Gua!, que divertido. Me encantaba montar en él. Y ya me sabía como era el simbolito de sus estaciones, así que cada vez que pasaba por una me ponía a gritar de la emoción.
Había un señor que yo no veía, que siempre estaba diciendo lo mismo: “mind the gap”. Yo creía que todas las estaciones se llamaban así, pero mamá me explicó que el señor lo que decía era que tuviéramos cuidado de no meter el pie entre el tren y el andén.
Lo malo del “teeeeen yo-yo” es que no tiene esas escaleras tan chulis que hay en Madrid y que suben solas. Así que papá tuvo que cargar conmigo y con la silla, de “a viba a bayo” (arriba y abajo) todo el día. Pobrecito. Menos mal que mi papá es más fuerte que “eme-man” (Supermán).

Cuando salimos del “teeeeen yo-yo”, estuvimos en un parque muy chuli. Estuve jugando un rato con papá, mientras mamá organizaba los sitios por orden de preferencia, teniendo en cuenta el nubarrón que teníamos encima de la cabeza.

Después de jugar un rato nos fuimos a ver la “Torre de Londres”. Allí es donde guarda la reina, su joyero, la corona y un palo de oro muy grande que yo creo que debe servir para dar capones a los que se portan mal y no se acaban el ñam-ñam.

Mamá decía que allí se enviaban a los nenes malos, pero no me ha querido decir que les hacían porque cree que soy muy pequeñito para contarme esas cosas pero estoy seguro de que les torturaban mucho. Seguro que cortándoles las uñas, sacándoles los mocos y limpiándoles la cara con pañuelos que tenían la saliva de sus mamás. Puaaaaaaggggg!!!!.

Vimos unos “pipis nandes” (pájaros) que eran negros y que al parecer cuidaban del castillo. Creo que papá dijo que se llamaban cuervos. Eran muy feos. Según me contó mamá hay una leyenda que dice que el día que desaparezcan los cuervos la torre se caerá y con ella la reina y toda su familia.
Pero no lo entiendo muy bien, creo que se refiere a que se caerán de la cama.
Me parece que por eso me he caído yo alguna vez que otra de la cama, porque no tengo un bicho de esos en casa.
Ya sé!, voy a pedirle a los Reyes Magos que me traigan un cuervo estas navidades. Y si no encuentran ninguno pues que me traigan un casco. Digo yo, que servirá igual, ¿no?.


También vimos a unos señores que llevaban una ropa muy graciosa. Yo creo que eran payasos de incógnito, y eran los verdaderos guardianes de la torre. Creo que se llamaban Beefeaters.

Después de ver la torre, estuvimos viendo como lanzaban con un tirachinas gigante unos globos llenos de agua.



Anda que no se lo tenían que pasar bien en las guerras de antes lanzándose globos de agua con esos tirachinas. Ellos sí que sabían pasárselo bien.
Mientras veíamos el espectáculo estuvimos comiendo.
Yo “pi-é” (puré), que me trajo mamá de Madrid, y menos mal, porque los de allí no me hacían ninguna gracia. Yo creo que en vez de pollo, llevaban cuervo. BBBbrrrrrr!!!!!
Papá y mamá comieron “pis-a-pis” (fish & chips), yo no quise ni probarlo. Donde esté un buen “pi-é” que se quiten esas inglesadas.

Después empezó a llover y aprovechamos para montar en otro chisme súper súper chuli. Un “baco” (barco) que “pamén” (también) era muy “naaaaaaande”.


Bajamos por el rió Tamesis y pasamos por debajo del “Puente de Londres” hasta llegar a un “tic-tac” gigante, creo que se llamaban Big Ben.
No recuerdo nada del viaje porque había un tío contando algo que yo no entendía y me quedé dormido. Mira que hablan raro estos tíos!, pero bueno seguro que ellos tampoco me entienden a mi. Ja!.
Mamá dice que el trayecto fue muy chulo y como llovía bastante pues íbamos muy a gustito.

Cuando bajamos del “baco” vimos una rueda gigante que tenía unas cápsulas del tamaño de un “apabuuuuus” (autobús) y que daba vueltas.
Creo recordar que se llamaba “London Eye”, pero no nos montamos porque mis papás decían que duraba mucho rato y seguramente nuestros compañeros de cabina acabarían tirándonos al río. No sé porque lo dicen, si ya casi no lloro. Soy muy bueno…

Estuvimos viendo el “tic-tac” gigante, y “pamén” la Abadía de Westminster.
Yo pensaba que era una escuela porque es donde les ponen la corona a los reyes. Como la que me ponen a mí en mi cumpleaños en mi escuela pero mamá me dijo que no.
Que era diferente porque no les ensañaban nada allí, ni los colores, ni los números, ni las letras, ni nada y además cuando la gente importante se dormía para siempre los llevaban allí y desde allí se iban al cielo. Ya me hubiera gustado entrar para ver el ascensor que los subía al cielo. Debe ser más alto que el “tic-tac” gigante que habíamos visto antes.




Luego nos acercamos a la casa de la reina, Buckingham Palace, vaya nombre más raro. Allí todo tiene nombres raros. Le voy a decir a mis papás que tenemos que buscarle uno a nuestra casa. Algo así como Boliche’s Palace. ¿Qué os parece?.

Pasamos por St. James Park, un parque muy bonito que tenía muchos patos, ardillas y unas “piores” (flores) muy bonitas. Después de ver a que hora era el cambio de los señores soldados que cuidan del palacio nos fuimos al hotel porque ya era hora de cenar y estábamos muy cansados.

Volvimos a pasar por el Tesco a cargar la cena y nos fuimos al hotel.

Mamá y yo nos dimos un buen baño en una bañera que parecía una piscina, es lo único que nos gustó del hotel, y luego cenamos y a “momir”

Uf!, vaya rollo que os he soltado. Por hoy creo que es suficiente. Ya seguiré mañana.


P.D 1(de la Teta Reina): Sí, el de la foto de los "viones" es Super- Boliche.
P.D 2(de la Teta Reina): En el último capítulo intentaré dejaros los detalles económicos que pueda recordar.

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