Luchando en una guerra sin cuartel por la supervivencia de nuestro pequeño tesoro: LA LACTANCIA MATERNA.
"...El placer ha sido mio..."
SACRIFICIO (RAE): Acción a que alguien se sujeta con gran repugnancia por consideraciones que a ello le mueven.
No, señores y señoras, dar el pecho no debe ser un sacrificio. Debe ser un PLACER.
lunes, 30 de abril de 2012
Sensaciones y reflexiones
No os pasa algunas veces que al leer algo o ver alguna escena, ya sea en una película, en la TV o en la vida real, esto os trae un recuerdo, una sensación, un "algo" que te remueve por dentro?
En este caso es una sensación que me encoge el estómago.
Es de esas sensaciones que te hacen sentir cierto nerviosismo o ansiedad, no sé muy bien como explicarlo.
A veces las sensaciones son tan difíciles de explicar y plasmar sobre el papel...
Suelen ser por cosas naturales, ley de vida, como se suele decir. Cosas con las que debemos convivir porque pertenecen a la esencia de la vida y uno debe aprender a digerirlas sin que esto suponga un problema para el ritmo de la vida.
Ayer, no recuerdo cómo, llegué al blog de una madre que contaba en su blog como había sido los días previos y los días posteriores a su encuentro con su hija adoptada.
Imagino que un millón de sensaciones y emociones pasarían por su cabeza y su corazón como un torbellino, arrasando con todo.
El relato era sencillo.
En el blog le contaba a su hija, que ahora creo que tiene 5 o 6 años, como fueron aquellos momentos y cuales eran sus emociones y sus mayores temores.
Hubo algo que me llamo especialmente la atención. A esta madre le preocupaba mucho cuanto miedo sentiría su hija cuando estuviera con ellos. Solo una madre podría sentir algo así. Aun no tenía a su hija en sus brazos y ya era una madre de verdad, auténtica.
¿Cuánto miedo sentiría ese bebé cuando estuviera con sus nuevos papás?
Que pregunta tan dura, ¿verdad?.
Sus reflexiones y su experiencia me emocionaron. Me hicieron pensar tanto en mi hijo.
Un niño afortunado por tener unos padres junto a él, que le quieren, que le cuidan, que le crían como buenamente pueden y/o saben y con todo el amor del que son capaces.
¿Cuántas veces mi hijo habrá sentido esa necesidad de tener a sus padres cerca y no habremos estado?
Seguro que pocas, por suerte para él, y esas pocas veces habrá sido con un nivel de ansiedad diminuto en comparación con el de esa niña. O no... ¿el miedo se puede medir?
Hoy he leído el post de Sarai y he vuelto a tener esa sensación.
Quizá ella habla más de tener la certeza de esa cercanía de espíritu. Ese "yo estoy contigo", un sentimiento de apoyo, de cariño y amor incondicional. Un post precioso, os lo recomiendo.
He vuelto a pensar en mi hijo.
¿Será consciente ya de ese "yo estoy contigo"? o dudará de ello cuando le surja alguna necesidad y no estemos cerca...
Hoy me han llamado del cole de Boliche. Era su profesora.
Al parecer Boliche se ha caído en el patio y se ha raspado la barbilla, nada grave me han dicho, pero me han llamado para informarme.
Su seño me ha dicho que Boliche ha llorado un ratillo pero se le ha pasado pronto.
Después del "momento-susto-llaman-del-cole-de-Boli" he vuelto a tener otra vez esa sensación de la que hoy os hablo.
Lo sé, es una sensación, un sentimiento con el que debemos vivir. Nuestros hijos crecen, van ganando en autonomía, van aflojando ese lazo que nos une para algún día volar sin tener el ala de mamá y papá esperando para protegerle de la caída.
Es una sensación. Un reflexión.
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lunes, 24 de octubre de 2011
Reivindicando las pequeñas cosas
Cuando fuimos a la reunión con la seño para entregar el material, una de las cosas que no pidió fue que avisáramos a nuestro hijos de que no debían irse corriendo hacía nosotros cuando nos vieran entrar al patio. Debían esperar sentados hasta que nosotros llegáramos a su sitio.
El motivo era claro, la seño tenía que cerciorarse de que el niño se iba con la persona autorizada, y si cuatro o cinco niños salían corriendo ella no podía controlarlo. Lógico.
Una de las cosas que más me gustaban cuando iba a recoger a Boliche a la guardería era cuando salía de clase y me veía. Corría como loco hacía mi y se tiraba encima para abrazarme.
Que sensación tan maravillosa. Verle como se le ilumina la cara cuando te ve y corre hacia ti para abrazarte y besarte, no tiene precio.
No obstante,teniendo en cuenta lo que nos había dicho la seño, había que renunciar a ese lujo, por lo que cuando llegaba al cole Boliche me veía y hacía amago de venir corriendo yo tenía que hacer señas para que se quedara sentado.Como me fastidiaba eso.
Puede parecer una chorrada pero ese momento es uno de los miles por los que merece la pena ser padre.
Pero ya han pasado los días y la seño a veces cuando llego ni se entera porque está hablando con algunos padres que hacen corrillo alrededor de ella para acosarla a preguntas (definitivamente creo que la única idiota que respeta las normas soy yo) por lo que la mayoría de las veces no ve si voy, vengo o me entretengo.
El viernes de la semana pasada decidí que quería seguir disfrutando de ese momento espontáneo de carrera, beso y abrazo, así que teniendo en cuenta que la seño no se entera porque está haciendo lo que nos dijo que no haría y que todos los niños salen corriendo, como suele decir el refrán, "donde fueres haz lo que vieres", decidí que ya no le voy a decira Boliche por señas que se quede sentado. Que narices!, si estas son las cosas que luego se acaban y no vuelven, porque vienen las vergüenzas y luego ya ni te dejan que les des un beso delante de la puerta del cole (que a todos nos ha pasado eso).
Yo quiero seguir aprovechándome de la inocencia y la espontaneidad que lleva consigo esta infancia más tierna.
Quiero seguir derritiéndome por esos abrazos, esos besos y esos "maaaaamiiii" dichos con la misma veneración que se siente por una diosa.
Tengo derecho a esos abrazos y a esos besos porque para eso lo parí.
¿Reivindico una chorrada?, como diría Aute, "reivindico el espejismo de intentar ser uno mismo, ese viaje hacía la nada, que consiste en la certeza,de encontrar en tu mirada, la belleza" y yo quiero seguir disfrutando de esa luz que desprende la mirada de mi hijo cuando me ve después de 7 horas lejos de mí.
Es cierto que son pequeñas cosas, detalles, pero al fin y al cabo, ¿no se compone la vida y la felicidad de pequeñas cosas?
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miércoles, 19 de octubre de 2011
No estamos locas, que sabemos lo que queremos...
Él por si acaso ya me avisó por si ese "como os pondrán" era "pingando", pero no.
Ayer no pude buscarlo pero hoy ya lo he localizado. Se titula QUIERO TETA, pero yo lo hubiera titulado NO ESTAMOS LOCAS, QUE SABEMOS LO QUE QUEREMOS, y le hubiera puesto la banda sonora de Ketama para redondearlo.
El reportaje habla de lo absurdo que resulta lo bien visto que está dar de mamar a un bebé, lo mal visto que está la lactancia prolongada y el poco apoyo que tienen esas super mujeres que dicen tirar pa'lante caiga quien caiga. Con un par!
Como se le puede decir a una madre que por dar el pecho a un niño de cuatro años le va a provocar un problema psicológico???
Quién es aquí el loco?
Es que no deja de parecerme flipante que la gente vea más normal darle un buen azote a tu hijo por una gilipollez o no tan gilipollez, pero vea mal que tu hijo mame alimento y amor de ti.
Reconozco que a veces estas cosas dejo de tomármelas con toda resignación posible y paso a cogerme unos cabreos del quince.
La falta de respeto de esos comentarios, eso sí que afecta a los hijos que lo escuchan mientras maman.
Decir a un niño tan pequeño que eso que siempre ha sido bueno ahora es sucio, malo y depravado.
Quién es aquí el depravado?, yo creo que el que tiene el problema es el que lo ve con la mente SUCIA.
Aquí el único que tiene un trauma con la teta es aquel que se levanta y se ofende cuando ve a una mujer sacar la teta para alimentar a su hijo. Sí, hágaselo mirar que la cosa pinta mal.
Uy! madre, Teta que te estás calentando y ahora te lías la manta a la cabeza y empiezas con las patadas voladoras y pa' que queremos más... relájate mujer, que tú solo querías enseñar el video, que es muy bonito y ya te estás poniendo las pinturas de guerra!
Venga va, respiraaaaaaaa, relájateeeeeeeeeee
Señores que NO ESTAMOS LOCAS, QUE SABEMOS LO QUE QUEREMOS y lo que queremos es RES PE TO.
¿Tan difícil es de entender?
Podéis ver el vídeo aquí
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viernes, 7 de octubre de 2011
La vuelta al cole, 3º parte
La seño me ha dicho que se porta muy bien, algo que no me sorprende porque Boliche no es un niño especialmente revoltoso.
El problema que ella ve es que tiene demasiado apego a mí... ¿ein?
Imagino cual sería mi cara porque enseguida intentó arreglar o al menos explicarlo de otro modo.
- No es que el apego sea malo... pero es que a veces se acuerda de ti y llora, poco, pero llora. Y en el patio, no se separa de mí.
Quizá yo esté equivocada pero yo no veo ningún problema en eso.
Lo más importante a tener en cuenta es que Boliche acaba de empezar y no es un niño confiado de extraños. Algo que veo correcto.
Boliche tiene que saber que no es adecuado irse con el primero que te diga "hola" y no por ello eso le hace ser un niño retraído.
Desde luego yo, que me considero una persona muy extrovertida y que soy la antítesis de una persona tímida, no se me ocurre empezar por ejemplo en un lugar nuevo con gente que no conozco a desparramar como si fuera eso las fiestas que organizamos en mi familia.
Por lo tanto veo muy lógico que Boliche que no conoce el cole y que su única persona de referencia allí es la seño, quiera estar cerca de ella. Instinto de supervivencia, podríamos llamarlo.
Entonces porque tenemos que esperar que los niños actúen de otra forma distinta a la nuestra.
Creo que eso no tiene nada que ver con la autonomía de los niños que es en lo que ella quiere hacer incapie.
Pero, ¿autonomía personal o autonomía afectiva?, porque yo creo que no tiene nada que ver una con otra, pero bueno llamemosle X. Autonomía X
Aunque tuviera algo que ver, ¿en qué punto de la escala de autonomía X infantil debería estar un niño de 2 años y 9 meses? en caso de que esa escala exista, que lo dudo, aunque con la manía que tiene algunos de encasillar todo, medirlo y compararlo, no me extrañaría que en la próxima revisión médica me hicieran algunas preguntas para calcular el percentil de autonomía X...
Tampoco es que me atreva a preguntar mucho a la seño como evoluciona día a día porque desde el primer momento nos dejó bien claro que nada de acosarla a preguntas, que cuando haya algo notorio ella nos lo haría saber.
Echo de menos a super Patri, ella era más accesible, sobre todo si ella creía que había algo que mejorar.
Para nada esto es una crítica, ni mucho menos. Soy consciente de que a veces los padres somos muy pesados con tonterías y ella no se va a quedar allí dando la charla hasta las 6 de la tarde. Pero quizá si me gustaría que, sobre todo estos primeros días, hasta la situación se normalice, nos hiciera un pequeño guiño sobre como ha ido el día.
Yo que he dejado a Boliche en el cole todos los días (desde el tercero) sin una sola lágrima, ayer me enteré de que Boliche todos los días llora en el cole.
Según me comentó la seño, ayer estaba muy contenta porque no había llorado ni medio minuto y ahora en el recreo, aunque sigue dentro de "su perímetro" juega con otros niños a correr, coger hojas del patio, etc.
Me dolió bastante que me dijera eso, porque yo no sabía nada. Boliche entra sin llorar y sale super contento. Ahora cuando le voy a buscar y le veo por la ventana antes de entrar a por él, siempre está jugando con algún compañero. ¿Como iba yo a pensar que seguía llorando?
Creo que me podía haber informado de esto antes.
Hablar con Boliche de ello y trabajarlo día a día, con ayuda del tiempo es lo que hará que mejore esa situación.
Al menos ha sido así desde que Boliche comenzó a hablar y comprender mejor las cosas y de momento así nos ha ido muy bien.
Valoro mucho el trabajo de "la seño", porque bregar con 24 niños de esa edad debe ser como para tirarse de los pelos en muchas ocasiones, pero sigo echando de menos la accesibilidad de nuestra antigua seño.
Al fin y al cabo según sus palabras ella trabaja "por y para los niños".
No me considero una mamá toca pelotas (el modo toca pelotas solo lo utilizo
Respecto al comedor, parece que los comienzos no han sido malos. El primer día no comió mucho, más bien poco, pero el resto de días ha comido mejor. Ayer creo que se puso las botas. Sopita y carne, con lo que a él le gusta la sopita!
Ahora es una gozada verle comer, por eso no me gustaría que no retrocediéramos en ese aspecto.
Cuando le miro mientras come, me acuerdo mucho de una tía de mi socio, que le encantaba llevárselo a casa a comer porque comía tan bien y su hijo tan mal que disfrutaba del espectáculo con admiración jejeje.
Y las siestas..., regular, cosa que me esperaba. Aunque no tengo ninguna información de primera mano. Y la única versión es la Boliche. Tendré que fiarme.
El primer día no durmió nada y el resto según él, "poquito"... que "poquito" sean 5 minutos o 40 minutos, eso ya queda como un expediente X. Adivina...
Después de pensar y pensar métodos de espionaje, cámaras ocultas, capas de invisibilidad, métodos de camuflaje, saltos en paracaidas en el patio del cole en plan "uys, nos hemos equivocado de objetivo", zapatófonos con micrófono, etc para tener información contrastada, he decidido, que habrá que seguir confiando en Boliche y tragarnos lo que cuente.
De ahí a que me diga con 17 años que el metro se estropeó y por eso llegó 3 horas más tarde del toque de queda, tenemos tiempo para fortalecer la confianza.
Feliz fin de semana!!!
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lunes, 3 de octubre de 2011
Boliche se pone digno
El caso es que se ha ido a casa con su padre.
Yo les he animado a que se fueran a comer con mis padres y así podrían verle, que con esto de que la adaptación la hemos podido hacer gracias a ellos, que le iba a recoger y le daban cama y comida, le echan más de menos, si cabe, y eso que se ven todos los días...
Bien, pues cuando mi socio le ha comunicado a Boliche que se iban a comer con los abuelos, el pequeño ruiseñor ha decidido que no. Rotundamente, no.
Sorprendentemente, su actitud no ha sido la que cabía esperar.
Nada de llantos ni pataletas. No es que Boliche tenga pataletas habitualmente, es más, las tiene muy pocas veces, pero si puede ser más de esperar que la actitud por la que hoy ha optado.
Generalmente, cuando no quiere hacer algo o no le gusta la idea o plan que le proponemos, Boliche pone en práctica la técnica del "arrastrao".
Esto consiste en echar los hombros hacia adelante y arrastrar los pies, poniendo además cara de "jolines, no quiero" y lloriqueando falsamente porque no le cae ni una sola lágrima.
Esto suele ser lo habitual. No suele ir la cosa más allá, aunque alguna vez que otra sí la haya liado en plan voces y llantos.
Pues hoy su padre ha sido testigo de una nueva forma de comportarse a la hora de exponer sus opiniones.
La situación se ha desarrollado de la siguiente forma.
PapadeBoliche: Boliche, nos vamos a ir a comer con los abuelos, vale?
Boliche: No
PapadeBoliche: Sí, que tienen ganas de verte.
Boliche, se va al baño, coge su banqueta y se sienta dándole la espalda al mundo. Mirando hacia la bañera.
PapadeBoliche se acerca: Boliche, qué te pasa?
Boliche: fum (resoplido de nariz, el mismo que debería hacer más fuerte para sonarse los mocos y no hay manera...)
PapadeBoliche: estás enfadado?
Boliche: fum
PapadeBoliche decide irse a la cocina y aprovechar para recoger los cacharros del desayuno y así darle su tiempo.
Por el rabillo del ojo ve que Boliche asoma medio cuerpo por la puerta de la cocina y cuando le mira, Boliche, todo ofendido se vuelve al baño.
Y así un par de veces.
Cuando PapadeBoliche termina de recoger, se acerca al baño y le dice
PapadeBoliche: Ven, Boliche, vamos a hablar.
Boliche accede y se sienta con su padre a conversar.
PapadeBoliche: qué te pasa?, no quieres ir a comer con los abus?
Boliche (con la actitud más digna que os podéis imaginar), mira a su padre y le dice seriamente, sin tono de suplica, ni ruego, ni enfado:
Papá, "pohfi" (porfi), no quiero comer con los abus, quiero comer en casita y dormir contigo la siesta.
Y después de soltar la perlita, espera atentamente la respuesta de su padre que está flipando en colores y tiene que hacer un esfuerzo sobrehumano para que no le de la risa, pues la situación requiere la seriedad y el respeto que Boliche se merece por plantear la cuestión como lo haría cualquier adulto. Bueno cualquiera no, que hay mucho cafre suelto que debería tomar nota.
A cuadros me ha dejado cuando me ha retransmitido el socio la jugada que todavía no daba crédito a lo acontecido.
¿Estamos ante una nueva etapa de maduración en la comunicación con Boliche, o solo se trata de un espejismo?
Este Boliche, nunca deja de sorprenderme. Creo que le va a coger el truquillo a lo de la asertividad antes que yo...
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miércoles, 21 de septiembre de 2011
La vuelta al cole, 1ª parte
LA VUELTA AL COLE, está suponiendo un gran salto para la familia y especialmente para Boliche.
Realmente, siento vértigo al echar la vista atrás y ser consciente de lo rápido que ha pasado el tiempo.
En pocos meses, Boliche ha evolucionado y ha dejado de ser "un bebé" para convertirse en "un niño mayor". Es lo que tiene ir al cole de mayores, claro.
Y para ello hemos tenido que superar distintas etapas. Uno como sujeto agente, como es el caso de Boliche, el gran campeón de la operación "ME HAGO MAYOR", y otros como sujetos pacientes, osea mi socio y una servidora, que lo hemos llevado... como buenamente hemos podido con tanto sentimiento encontrado de alegría, incertidumbre, ilusión, añoranza y unos cuantos etcéteras.
La tres etapas más delicadas eran,
A) "Control de esfínteres", también llamada "OPERACIÓN ACLEDJL".
B) "Tolero y acepto masticar cosas más duras que el puré".
C) No necesito el chupete porque "ya soy mayor"
Saltándome el orden establecido, podemos afirmar con rotundidad que la etapa C "no necesito el chupete" ha sido un autentico... fracaso.
Al verse acorralado el sujeto agente llegada la fecha de entrega del preciado objeto a los caballos y las vacas asturianas según lo pactado, cosa que Boliche por su escasa noción del tiempo veía muy lejano, se vio obligado a prorrogar el plazo de entrega, concretando como nueva fecha estas navidades.
Vamos, que Boliche nos hizo la doce-trece y de dejar el chupete nada de nada. Cuando vio las vacas, nos dijo a su padre y a mí con total solemnidad, "el chupete a las vacas no, mejor a Papá Noel".
No sabe na...
Teniendo en cuenta que en unos días se nos venía encima un cambio considerable, decidimos no forzar la máquina y esperar un poco más. Total, que más da esperar 3 meses más.
Todo lo contrario ocurre en lo referente a sus hábitos alimentarios.
En pocos meses, Boliche, ha pasado de comer básicamente purés, fruta en trozos y galletas (además de guarrerías como las patatas fritas o los gusanitos), a ser un magnífico comensal, objetivo que yo veía harto complicado de conseguir ante su negativa tajante de introducir cualquier alimento nuevo que hubiera que masticar al menos un par de veces antes de echarse al buche.
Hoy por hoy, no solo come una gran variedad de alimentos, carnes de todo tipo, pescados, huevos, frutas, legumbres, embutidos y cereales, sino que además come con alegría y apetito.
Lo único que no conseguimos que coma, si la forma de prepararlo no es en puré, es la verdura.
Pero quejarse sería injusto, teniendo en cuenta que el progreso ha llevado velocidad de crucero.
El tema está cuando en octubre empiece en el comedor... pero eso ya será otro cantar.
Lo cierto es que ahora da gusto verle comer.
Se ha vuelto un absoluto fan de la "sopita" algo increíble de creer si tenemos en cuenta que cuando antes le caía un fideo en la boca le daban unas arcadas tremendas.
Los macarrones, el arroz, las lentejas, el jamón del güeno, en fin, de todo. Así que con el tema de la comida podemos decir eso de "prueba superada".
Y por último y por ello no menos importante, sino todo lo contrario, llegamos a la etapa que más me quitaba el sueño, el CONTROL DE ESFINTERES.
Saber reconocer y avisar cuando las ganas de hacer pis llegaban fue bastante fácil. Un par de días de escapes y asunto arreglado.
Si bien es cierto, que a día de hoy, todavía usamos el pañal para dormir por la noche porque el consumo de líquidos sigue siendo considerable.
Es más, curiosamente, ahora gastamos más pañales por la noche que antes de la operación pañal.
Aunque alguna noche se levanta con el pañal totalmente seco, ha habido noches de tener que cambiarle hasta 3 veces de pañal por sufrir escapes.
Mi teoría, no sé si acertada o no, es que antes hacía mayor número de pises de menor cantidad y ahora aguanta más por lo que cuando hace pis la cantidad es tan grande que el pañal no es capaz de absorber rápidamente y en tan poco tiempo tanta cantidad de pis, por lo que acaba desbordándose y saliéndose del mismo.
Después de diferentes pruebas, hemos verificado que no hay pañal ni talla que resista ese tsunami.
En realidad lo que más me preocupaba no era si Boliche iba a tardar mucho en controlar el pis y la caca, ni tampoco me preocupa que no controle por la noche, lo que me preocupaba era el estreñimiento como causa o como efecto de la retención voluntaria de la caca.
Boliche desde los 5 meses, aun con la lactancia exclusiva, ya comenzó con pequeños problemas de estreñimiento, y no porque tardara varios días entre las deposiciones sino porque cuando lo hacía, sus cacas eran duras y por ello resultaban dolorosas.
(Uy... deposiciones, que fina me he vuelto, mon dieu...)
Y eso fue lo que pasó cuando quitamos el pañal, que Boliche, empezó a dejar de hacer caca, ni con pañal ni sin él. Nada.
En varias ocasiones tuvimos que recurrir a los "popositos" (supositorios) como él los llama, sobre todo cuando después de varios días, masajes, zumos, y demás, el dolor de tripa le hacía llorar.
Su estreñimiento se vio incrementado por el hecho de tener que hacer "cacuni" en el retrete, ese gran desconocido, pero eso lo pudimos solucionar bastante pronto con la ayuda de una de las mamás blogueras que pasa por aquí habitualmente (cada día me parece más alucinante todo lo que obtengo de otras mamás a través del blog).
"Por fin yo misma", me dio un consejo fantástico sobre como quitarle el miedo a sentarse en el retrete y hacer caca. Tan fácil como contarle el cuento de la Sra. Caca y sus cagarritos.
Sé que ella lo cogió de la biblioteca, pero como yo no tenía esa posibilidad decidí, con las pistas que ella me dio, utilizar mi herramienta más potente..., no hombre, no, las tetas no, la imaginación!!!..., así que me inventé un cuento sobre la Sra. Caca y lo triste que se ponía si no conseguía volver a su casita con sus cagarritos (pa mear y no echar gota, I know...)
Con ayuda del cuento de nuestra amiga la Sra. Caca y los sobornos, también imprescindibles para cualquier negociación, conseguimos en algo más de un mes, que Boliche hiciera regularmente caca y así evitar sacar a bailar a los temidos "popositos".
A día de hoy, los sobornos ya no son necesarios, pero seguimos teniendo en nuestras oraciones a San "cacasito", San "segus" y nuestra querida compañera de fatigas la Sra. Caca y sus pequeños cagarritos.
Por lo tanto, podemos afirmar que al igual que con la introducción de nuevas texturas en la alimentación de Boliche, la operación ACLEDJL se puede dar por terminada con un notable alto.
Eso no quita que algún que otro día haya habido algún pequeño escape, pero nada con importancia.
Superadas estas tres etapas, que no obstáculos, nuestro trayecto hacia esa nueva experiencia como es el cole de mayores, había comenzado cual camino de baldosas amarillas...
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miércoles, 3 de agosto de 2011
Semana mundial de la lactancia y "la llamada de la teta"
120 países celebran esta semana, hasta el próximo domingo, la Semana Mundial de la Lactancia, con el fin de fomentar, promover y apoyar la lactancia materna.
Pero hoy no voy a hablar de los beneficios de la lactancia materna, de los cuales no creo que ya a estas alturas nadie ponga en duda. Hoy voy a hablar de mi por qué.
La semana pasada me llegó el mail de una futura mamá. En él me comentaba que ella no sentía o no tenía muy claro si le daría el pecho a su hija.
No por miedo al posible dolor al dar de mamar o por temas de estética o dedicación, sino porque simplemente no sentía "la llamada de la teta".
En su mail me preguntaba cuando supe yo que quería dar el pecho a Boliche, cuando sentí yo esa "llamada" y me resultó curiosa la pregunta porque yo nunca tuve claro que quería dar de mamar a mi hijo hasta que me vi apunto de perder la "conexión telefónica"
Me explico.
Digamos que mis contactos con la lactancia se basaban en las 3 experiencias más cercanas que tengo.
- La primera, mi madre, no tuvo mucho éxito con la lactancia con ninguno de sus tres hijos.
A mis hermanos porque comían demasiado y "la leche no les alimentaba" (falso) y a mí porque se lo recomendó el dermatólogo cuando le dio un brote de psoriasis (igual que me pasó a mí).
- La segunda, una de mis primas. Tuvo a su primer hijo hace 5 años y sus inicios fueron buenos pero dolorosos. Aunque por la distancia tampoco pude vivirlo con detalle.
- Y la tercera, diez meses antes de nacer Boliche, mi hermana que tuvo a su hijo y por problemas físicos no pudo dar de mamar a mi sobrino, aunque ella lo intentó.
Resultado: más bien poca idea. Yo tenía intención de dar de mamar a mi hijo pero no iba para nada convencida y además me daba pavor tener que pasar por los dolores por los que pasó mi prima.
Cuando empezaron las clases de preparación al parto, yo seguía sin tener las ideas claras.
Es más los comentarios que hacía mi matrona sobre la opción de no dar el pecho no eran precisamente muy agradables. Algo que no veía muy bien, sobre todo de cara a lo mal que lo había pasado mi hermana por no poder dar el pecho.
Por lo que nunca comenté con la matrona mis dudas ni mis sentimientos al respecto.
A día de hoy, después de haber vivido mi propia experiencia y de conocer la forma de proceder de otras asesoras que dan información y buscan el éxito de la lactancia para la mamá y el bebé dejando las culpas y los reproches innecesarios atrás, estoy convencida de que para que funcione la lactancia hacen falta varias cosas, entre ellas, información, apoyo, empatía y suerte.
¿Suerte? , sí, suerte, porque hasta para dar con la gente adecuada hay que tener suerte.
Y yo en eso tampoco la tuve.
Mis días en el hospital fueron relativamente buenos. No me dolía el pecho cuando mamaba Boliche pero al llegar a casa la cosa cambió y empezaron los dolores.
La teta al aire, la leche en los pezones, el Purelán por kilos..., aquello no funcionaba y para el día de Reyes ya tenía mi primera herida de guerra. Un agujerito en un pezón por el cual salía más sangre que leche.
Con la suerte dándome el culo, que no la espalda, mi matrona no pudo ayudarme porque estaba de vacaciones y ya sabemos todos el sistema de sustituciones que tiene la Seguridad Social..., ninguno. Así que lo siguiente que pensé fue en preguntar a todas las amigas que habían tenido niños recientemente para ver si me podían echar un cable. Y la respuesta mayoritaria fue, "mejor quítale la teta y dale el biberón". Vaya ayudantas me había buscado!
Y yo sola, sin tener ni puta idea de que hacer con mi dolores, con Boliche llorando porque quería mamar y yo intentando retrasarlo, con mi super mega chachi libreta donde apuntaba a qué hora, cuanto tiempo había comido y de qué pecho... con este panorama en casa se me ocurrió la brillante idea de llamar a las de la La Liga de la leche...
Durante una semana estuve llamando a 4 asesoras de la Liga en diferentes horarios, dejando recados en sus contestadores, ¿para qué?, para nada porque ni una sola me devolvió la llamada.
Que puedo decir de ellas..., pues nada bueno así que mejor me guardo para mi misma todo lo que pensé sobre ellas en esos días en los que yo estaba sola, asustada y necesitada de ayuda.
Que no es culpa de ellas que mi lactancia fuera un desastre?, por su puesto no, pero que la ayuda que me brindaron a mí brilló por su ausencia eso sí que sí y para mí que en esos momentos que estaba tan desesperada... es imperdonable.
Con esto no quiero decir que acudir a los grupos de lactancia sea una pérdida de tiempo, ni mucho menos. Todo lo contrario, son un apoyo inestimable, pero para que la suerte sea un factor que apenas tenga importancia en el juego, mi consejo es que se haga una toma de contacto previa al nacimiento del bebé.
Para conocerse, para ver si lo que nos cuentan y como lo hacen nos da confianza y seguridad.
Para sentirse cómoda entre ellas, y porque además, las dudas surgen antes, durante y después.
Pero sobre todo, para conocer el pilar donde una se va apoyar durante esa etapa tan importante para algunas mamás como es la lactancia.
Poder contar con un grupo de apoyo eficiente en el que confíes, bajo mi punto de vista es ya un 50% de garantías de éxito en la lactancia. Y eso un porcentaje muy elevado.
Yo que no conté con ello, tuve que compensarlo con algo de lo que a día de hoy me siento orgullosa, mi cabezonería.
Y no me lo pusieron fácil, porque salí del hospital con chupete y biberón de apoyo porque Boliche perdió durante los días que estuvimos allí 500 grs, que no es moco de pavo, pero mi pediatra, que tampoco me pudo ayudar mucho con el tema de los dolores al dar de mamar, sí me dio el empujón para tirarme de cabeza con la lactancia exclusiva.
- Quítale el biberón de apoyo.
- Comooooo? pero si toma 90 ml al día.
- Da igual.
- Y si tiene hambre?
- La tendrá, así que le tendrás que poner más al pecho.
Y así fue, mamó más y más me dolió, claro, pero como "no hay mal que cien años dure..." ( y como diría mi güela, "...ni cabrón que lo resista"), una vez pasado el primer mes, la lactancia parece que comenzó a mirarnos con ojos piadosos.
¿Por qué algo que se lleva haciendo miles de años se me iba a resistir a mí?, pues no lo sé, pero el caso es que así era y eso me tocaba bastante las narices.
¿Cuando me di yo cuenta de que quería dar de mamar a mi hijo?¿cuando sentí yo la llamada de la teta?
Cuando pese a los dolores me parecía algo increíble, pero sobre todo cuando vi que la aquello se torcía y corría el riesgo de perderlo. Me tocó la fibra...
Muchas veces no nos damos cuenta de que queremos algo hasta que lo perdemos, por suerte, yo me di cuenta cuando estaba a punto de perderlo.
Y que mejor manera de hacer mi pequeño homenaje a la Semana Mundial de la lactancia que contando mi historia y animando a todas las mamás y sobre todo futuras mamás, a que se animen a contactar con un grupo de asesoramiento y apoyo a la lactancia.
Un grupo en el que se sientan escuchadas, respetadas, comprendidas, apoyadas y sobre todo asesoradas.
Que nuestra desinformación no sea un factor más contra el que luchar, ahorremos fuerzas para luchar contra la desinformación de todos los demás. Que con eso ya tendremos entretenimiento.
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lunes, 11 de julio de 2011
Show must go on
Le da igual que sea verano que invierno, que estés de boda o currando.
Es tan ingrata y tan puta que le da igual que te acabes de jubilar hace un mes o que estés a punto de conocer de conocer a tu hija o al hombre de tu vida, que tengas más dinero que Botín o que vivas debajo de un puente. Da igual.
Viene, te jode y se va.
Y además no se molesta en avisar, ni llama antes de entrar.
Algunas veces te ronda y puedes sentirla, o eso dicen, y otras viene por sorpresa y sin saludar. Sin un flirteo previo que te puede hacer sospechar algo.
¿Para qué? si total el resultado va a ser el mismo.
Menuda golfa sin escrúpulos y sin conciencia.
En menos de 3 años, ha venido a jodernos la vida, bien de cerca, en 3 ocasiones. La última, la semana pasada.
Cuando un ser querido se va, se van muchas cosas con él.
Se van todas sus vivencias, sus experiencias, las cosas que aprendió durante su vida, sus secretos, sus temores y sus ilusiones.
Y todo ello, es de un valor incalculable.
Y los que nos quedamos aquí, solo podemos resignarnos como podamos e "intentar" guardar los recuerdos de los momentos que vivimos junto a ellos.
Y digo "intentar", porque la memoria y los recuerdos si no se marchan del todo, se distorsionan y se transforman hasta que en ocasiones ya no sabemos si lo que recordamos fue así de real o no.
Dudamos de la fidelidad de nuestro recuerdos, y hacemos bien, porque seguro que no se ajustan del todo a la realidad.
Pero por suerte, lo más básico del recuerdo se mantiene, que es el amor. El cual no solo no se distorsiona ni desaparece, sino que paradójicamente, crece de forma inconmensurable.
Yo estoy segura de que, hoy por hoy, quiero más a mis abuelos que cuando viví con ellos, porque a mis recuerdos de aquella época se suma la cantidad de momentos en los que les he echado de menos y me ha hecho falta tenerlos a mi lado.
Y por añadidura, el amor ha crecido todavía más al comprender mejor sus vidas desde la madurez de la experiencia de mi vida como adulta.
Y hablo sobre todo de la vida en pareja y la maternidad.
Unos se van y otros vienen y mientras tú, como mujer... te transformas (en algunas ocasiones).
Vives una metamorfosis kafkiana, pero en plan guay, porque en vez de convertirte en un bicho desagradable te conviertes en madre. Y en mi opinión, eso es lo más grande que le puede pasar a una mujer. Ser madre.
Estas perdidas de seres queridos tan cercanos, además de dolor, me han traído sensaciones contradictorias.
Tristeza (por el que se va y los que se quedan), miedo (mucho), estupefacción (por la forma en que transcurren los acontecimientos), alivio (si se puede llamar así y que además es 100% egoísta porque esta vez aunque ha sido muy cercano, no ha tocado "mi casa" ni la de mis padres), gratitud (no sé a quien o a que, pero me siento con la necesidad de dar las gracias por tener conmigo a "mis más cercanos" junto a mí), dudas (sobre si esta racha se quedará aquí), orgullo (por haber formado parte de la vida del que se va) responsabilidad (por el apoyo que necesitará el que se queda).
En una palabra, que con esto de la muerte uno se queda "descolocao".
En estos casos uno tiene dos alternativas, hundirse en la mierda y revolcarse en ella, que es una opción de los más lícita, o intentar salir de ella lo más dignamente posible.
Para ello, podemos tirar de lo que sea el mayor aliciente en nuestras vidas, en mi caso Boliche.
Y de momento parece que va funcionando.
Es curioso como dos cosas tan diferentes entre ellas como puede ser la muerte y la maternidad, vayan unidas de la mano.
Donde acaba una, empieza otra, y esa rueda nunca deja de girar.
La maternidad me ha hecho ver la muerte desde otro prisma. Me ha hecho temerla más, pero también darle la importancia justa. Ni más ni menos.
Es cierto que me da terror pensar que pueda perderme vivencias tan importantes para mi hijo como verle crecer, hacerse hombre, formarse intelectualmente, desarrollarse socialmente, encontrar el amor, etc, pero eso tampoco puede hacerte frenar, precisamente porque, posiblemente, ese miedo traería el mismo resultado. No disfrutarlo sería igual que perdérselo, aun estando presente. Indudablemente, una estupidez.
Por lo tanto, después de darle vueltas al temita durante toda la semana pasada y como diría..., Freddie Mercury (aunque no tengo ni idea de si la frase original es suya), "the show must go on".
viernes, 27 de mayo de 2011
Mamá me da caca
Eso es lo que debe pensar Boliche ultimamente, gracias a la insistencia de varias personas.
Me explico.
Desde que estuvo pachucho hace unas semanas, nuestro gran amigo "el tete", está en la boca de Boliche con mayor frecuencia que meses atrás.
Esta costumbre junto con la mamitis aguditis, son parte del proceso de resaca de cualquier enfermedad en el peque.
Y esta vez la chupetitis le ha dado fuerte.
En el cole, solo lo lleva para la siesta, pero en cuanto sale a la calle, ya te está diciendo que si le dejas el tete un ratito. Y si le dices que no, se despierta la cólera de dios y los llantos no cesan en tooooda la tarde.
Como el tema del chupete no me preocupa, yo se lo dejo he intento día a día ir retirándolo poco a poco. Sin brusquedad, para evitar el efecto contrario y que cada vez su dependencia sea mayor.
Poco a poco lo vamos consiguiendo y tengo idea de tirar el chupete a los peces del mar este verano.
Ya veremos si luego no me tengo que calzar la escafandra..., pero bueno, eso será otra historia.
El caso es que como Boliche, lo lleva algunas veces, por ejemplo si sale del coche y estaba dormido, hasta que se centra un poco, se lo dejo y luego se lo pido para que voluntariamente me lo de y lo guardemos hasta otro momento.
Como decía, ahora lo lleva más veces por el día y ha coincidido que algunos amigos nuestros o conocidos, por ejemplo en el pueblo, le vean con él en la boca y nos suelten el típico, "¡pero si tú eres muy mayor y eso es caca!"
Osea que el tete es caca. Vale, estupendo.
Y yo me pregunto, ¿y Boliche que pensará?, porque a mí se me ocurren varias opciones...
- Que sus padres le dan caca.
- Que lo que antes era bueno, e incluso mejor que la teta (según algunos), ahora resulta que es malo.
- Que es un vicioso.
- Que no es un niño mayor como le decimos, sino que es un bebé porque lleva chupete.
Por lo tanto que sus padres no solo le dan cosas malas, sino que además le mienten.
Lo más gracioso de todo, es que algunos de los que han metido la gamba con esto, han tenido la desfachatez de decirlo con un cigarro en la mano. Toma ya!
Claro, como el tabaco y el alcohol no es un vicio...
Es triste, pero la realidad es que socio-culturalmente está mejor visto fumar o beber, que tomar teta o usar chupete hasta los dos o tres años. Y lo más curioso, es que somos nosotros, los adultos los que les acostumbramos a depender de objetos como el chupete. Que los bebés cuando nacen, no te dicen, "ey, vieja, pásame el chupete, a ver si me calmo un rato, que me noto un poco nervioso". No, el chupete, se lo dimos nosotros, bueno para que el diablo no se ría de la mentira, el chupete se lo dio un enfermera en el hospital cuando Boliche tenía un día de vida, para que no pidiera tanta teta.
Y ahora resulta que lo que le dimos de pequeño, porque "a este niño lo que le hace falta es un chupete", ahora resulta que "es caca".
Con la teta pasa igual. Lo que es "lo mejor que le puedes dar", resulta que cuando tiene entre 6 y 12 meses, "eso ya no le vale para nada", será que tiene fecha de caducidad y no me he enterado. Y ya si nos ponemos a partir de los 12 meses, ya ni te cuento. Puro vicio (y del malo).
No pongo en duda que ninguno se lo dice para ofenderle, ni hacerle daño. Pero no me gusta nada que se lo digan con rintitín coñero y menos utilizando lloriqueos burlones, que yo no me río de mis amigos cuando sé que están intentando dejar el tabaco, entre otras cosas porque sé lo jodido que es.
No me quiero poner en modo-tiquismiquis, pero la verdad es que no me gusta esa insistencia de la gente porque deje el chupete argumentando que "es caca". Entre otras razones, porque creo que cuanto más se lo digan, va a ser peor. Y sobre todo, porque lo veo una absurda contradicción.
Seguro que se puede conseguir de una forma más natural, sin mentir y sin ofender, ¿o no?.
Sigo echando en falta un poco más de respeto a los enanos.
miércoles, 13 de abril de 2011
La cajita imaginaria y el acoso

Hace tiempo que me gusta guardar en ella mis miedos, preocupaciones, malos recuerdos, incertidumbres o simplemente cosas pendientes con fecha de caducidad que no quiero que me anden molestando por casa en el día a día.
Estas cosas me ponen enferma y me cabrean sobre manera. ¿Qué medidas está poniendo en marcha el colegio para obtener como resultado que el acosado sea el que tiene que marcharse y no los acosadores?¿Qué tipo de sistema social cierra los ojos y deja tan vulnerable e indefenso a la víctima?
He sufrido el acoso de una profesora cuando yo tenía 5 años.
He sufrido acoso por parte de una compañera de clase cuando tenía 11 años.
He sufrido acoso sexual por parte de mi profesor de auto-escuela cuando tenía 19 años.
Joder, que mala suerte he tenido o peor aun ¿cómo he podido ser tan estúpida de dejarme pisotear por alguien de esa manera y encima tantas veces?
miércoles, 6 de abril de 2011
Pautas educativas de 0 a 6 meses (sorpresas te da la vida)

El otro día buscando unos papeles en casa me encontré con dos libros que me compré antes de que naciera Boliche.
Yo, que no aprendo y no tengo termino medio, o me pienso las cosas y le doy tantas vueltas a las cosas que las pobres se marean o de pronto me posee un espíritu y me da por comprar de forma compulsiva sin pensar que quizá esa compra puede esperar.
Pues con estos libros me pasó así para no variar.
Tenía ganas de comprarme el primero, Todo un mundo de sensaciones (Elisabeth Fodor, Mª Carmen García-Castellón y Montserrat Morán), porque una conocida me estuvo contando lo itneresante que era, las ideas que había para estimular a los bebés y lo bien que se lo pasaba haciendo esos juegos con su hija, y no lo dudé un segundo.
Y como había un pack doble en el que venían Todo un mundo de sensaciones y Todo un mundo por descubrir, pues para que vamos a andar con tonterias.
Fue una suerte que el pack no fuera de 5 libros, que sino también hubieran caido…, en fin, es que no tengo arreglo.
El primero, Todo un mundo de sensaciones, si que le he dado bastante uso. Ibamos bastante acordes con las fechas, pero el segundo ni lo he tocado. Está impoluto.
El caso es que echando un vistazo por encima, llegué a las últimas hojas, que también estaban sin tocar y me quedé bastante sorprendida.
Estos libros, promueven mucho la relación padre/madre-hijo basandose en el contacto físico y en el respeto muto.
Por eso me llamó la atención cuando llegué al cuadro de pautas educativas y me encontré con esto.
“Según vaya evolucionando el bebé, sus necesidades educativas irán cambiando y nos planteamos la pregunta sobre que es más conveniente hacer en cada momento. Te ofrecemos unas pautas para que las tengas presentes y todo será mucho más sencillo”.
Después de leer el cuadro que os indicaré a continuación, me surge la duda, de para quien será “todo mucho más sencillo”.
De 0 a 3 meses
- Acudir siempre cuando llora y cogerlo en brazos
- Mantener frecuentes contactos piel con piel
- Acariciar mucho al bebé
- Aplicarle un masaje todos los días.
- Seguir los horarios que el ritmo natural del bebé establezca
- Buscar tiempo para estar exclusivamente con los hijos mayores (si los hubiera)
Vale, hasta aquí todo ok. Estoy de acuerdo con todas estas pautas referidas.
Vamos con la siguiente etapa
De 4 a 6 meses
- Acudir cuando llora para comprobar si existe algún problema específico. Calmarlo sin sacarlo de la cuna.
- Sacarlo de la habitación de los padres si hasta ahora durmió con ellos.
- Dejar una tenue luz en su habitación
- Jugar sobre la cama, el suelo y el cuerpo de los padres.
- A partir del cuarto mes dejarlo mucho tiempo en el suelo
- No permitir que se siente
- No tenerlo en brazos sin razón
- Establecer un disciplina en el horario
- Hablarle mucho
- Acudir a los grupos de bebés para fomentar su vida social en grupo
La primera pauta la tuve que leer dos veces porque creí que me había confundido, pero no, dice lo que dice y bien clarito.
“Calmarlo sin sacarlo de la cuna”, vaya vaya, y el motivo, ¿me lo pueden explicar?, Ah! sí, ya sé, que tonta, como no había caido antes, si llevo más de 2 años oyendo la misma cantinela, “que se acostumbra”.
Vamos que digo yo, que será por eso, pero es que todavía no entiendo que tiene de malo que un hijo se acostumbre a estar con su madre/padre.
Y que nadie piense que no sé de que hablo, que lo digo desde la experiencia de tener un hijo bastante demandante y aunque a veces haya sido algo complicado de sobrellevar, sobre todo para los demás, porque yo jamás me he quejado, hemos aprendido a darle su tiempo y ahora los resultados son excelentes.
Que hay gente que cree que eso es malcriarlo, sí, la hay, y la seguirá habiendo y por desgracia más de lo que me gustaría, pero yo, que ya he expresado mi postura sobre este tema varias veces, no estoy para nada de acuerdo.
El cariño y el apego no tienen ninguna relación ni de lejos con la malcrianza ni la mala educación y a día de hoy tengo una prueba irrefutable. Boliche.
Y lo digo bien alto.
No sé que pasará en un futuro, no estoy tan loca de ponerme a vaticinar cosas raras antes de tiempo, eso lo tendré que contar dentro de unos cuantos años, pero juzgando sus 27 meses de vida, y el progreso tan positivo que ha hecho, me reitero en mi decisión.
Eso no quiere decir que mi hijo no la lie de vez en cuando, claro que sí, la lía parda con la misma media de frecuencia que cualquier niño de su edad, porque el origen de esas pataletas, como la frustación, la confusión, etc, son etapas normales en su desarrollo.
Es decir, que mi hijo no es ni mejor ni peor que otro al que le hayan dejado en la cuna llorando, pero creo que lo que le estoy transmitiendo con mi forma de proceder le puede beneficiar más que perjudicar, como contrariamente parece que quiere dar a entender la pauta mencionada.
Y si la primera pauta la tuve que leer dos veces, ya con la segunda me empezaron a hacer chiripitas los ojos.
“Sacarlo de la habitación de los padres si hasta ahora durmió con ellos”
Muy bien, sí señor, al destierro y favoreciendo además el riesgo de abondono de la lactancia materna.
Porque claro, ya me contarás si sacas al niño de la habitación y te tienes que levantar 4 o 5 veces a dar el pecho, como acabará tu cuerpo serrano.
Será que la madre no trabaja y tiene el resto del día para descansar (si tiene quien le ayude por el día), o que tiene que colaborar el padre, biberón en mano, o es que la teta se desenrosca y se la puede dar hasta el vecino.
Porque yo cuando Boliche tenía 4 meses me tuve que poner a trabajar como muchas otras mamás y si hubiera tenido que levantarme e ir a otra habitación para darle la toma, me hubiera muerto en 7, máximo 8 días.
Precisamente, el trabajo fue el motivo por el que metí a Boliche en la cama, para poder dormir y sobrevivir, así que como para sacarlo de la habitación.
Y claro, este tipo de cosas hay gente que las lee y las sigue a pies juntillas porque lo dice un libro y punto pelota y cuando vienen los problemas de sueño, agotamiento, mal humor, roces en la conviviencia, etc, las autoras del libro no están en tu casa para arreglar el percal.
Y se toman decisiones a veces terriblemente equivocadas y lo que es peor en contra de tus deseos, como es dejar la lactancia materna.
Como digo, a mi se me planteo ese mismo dilema cuando me puse a trabajar y un día casi me caigo al metro porque me tropecé con mis ojeras.
Esos días sí que no podía con la vida, que mal recuerdo guardo de ello.
Pero en mi caso y después de lo que me había costado establecer la lactancia, ni se me cruzó por la cabeza dejar la teta.
De eso nada, con lo mal que lo pasé, voy a dejar de dar la teta porque un libro se empeñe en decir que tengo que sacar a Boliche de la habitación y eso suponga traer miles de problemas a mi vida.
Y lo mismo con eso de “ no tenerlo en brazos sin razón”.
Querer tener al brazo a tu hijo por el simple hecho de sentirle cerca, ¿vale como razón?.
A mi me que me pasen la guia de razones permitidas porque ya me he perdido y no sé lo que es pecado y lo que no.
Madre del amor hermoso, que estrés, cuantas prohibiciones, cuantas restricciones, parace que estoy leyendo un manual de cómo amaestrar a tu perro.
Plach Boliche!, seat! seat! , ¡dame la patita!, muy bien chico!, una salchichita...
Me parece totalmente erroneo el planteamiento, pero lo que me sorprende no es en sí, leer estas cosas, que hace años que las leo e incluso hace años (antes de tener a Boliche) pensaba así (ni me lo creo). Lo que me extraña es leerlo en un libro que aconseja mantener mucho contacto piel con piel entre padre e hijo.
Parece como si el capítulo de 0 a 3 meses lo hubiese escrito el Dr. González y el capítulo de 4 a 6 lo hubieses escrito Estivill. No me cuadra para nada.
Y el resto de meses es por el estilo. No quiero meterme en ellos porque sería repetitivo y creo que el post de hoy ya es bastante extenso.
Eso sí, quiero aclarar por si alguien le surge la duda que en la última pauta mencionada la opción de crear un perfil de Facebook a tu nene/a no vale como alternativa para fomentar la vida social en grupo de tu hijo, por si a alguien se le había ocurrido… ;-)
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lunes, 7 de marzo de 2011
Castigados sin carnaval

miércoles, 2 de marzo de 2011
La Teta Reina se prejubila (The end)
Después de superar el estado de estupefacción y de cabreo, me di cuenta de que mi reacción fue algo tardía.
Tenía que haberme puesto manos a la obra antes y haber retrasado la toma de biberón, pero la presión era fuerte y creí tomar la decisón acertada.
El biberón había entrado en juego y prometía no dejarse vencer tan fácilmente.
Boliche hacía (y hace) bastante tomas por la noche. Así que yo le sustituí un par de ellas la primera semana y lo mantuve así hasta que me vio la dermatóloga.
Pensé que sería fácil quitarle el biberón. Al igual que cuando me puse a trabajar y me sacaba la leche para que se la diera mi madre en biberón.
De aquella, fue muy sencillo. Sustituimos esas tomas por fruta y verduras cuando llego el momento y no hubo más relación con el biberón.
Pero esta vez la cosa no iba a salir como yo pensaba.
Está claro que de un biberón sale más cantidad de leche y más rápido que de la teta y a Boliche esto pareció gustarle.
Después de quince días, Boliche se acostumbró y no quiso prescindir de él.
No me hacía mucha gracia pero como seguí con la teta en el resto de tomas no le vi mayor problema. Pero estaba equivocada.
Cada vez fue pidiendo más “cheche” y menos “teta”. Hasta que hace 3 semanas dejó de mamar.
Es cierto que se ha ido destetando poco a poco y sin forzarle pero yo siento que algo ajeno a nosotros se ha metido por medio y me ha dejado fuera. Y esa sensación me resulta muy desagradable.
Y más cuando veo que todo tiene su origen en la decisión de una profesional a la que le importó un pito otra de nuestras necesidades. Cuando yo le había dejado bien claro desde el principio, que quería seguir con la lactancia materna.
Pero bueno ya no sirve darle vueltas. Ya no se puede volver atrás. Es lo que hay.
Al menos creo que hice lo que debía pero quizá algo tarde.
Como decía en el primer post, Boliche se ha destetado en lo que al aspecto alimenticio se refiere. Pero sigue manteniendo un fuerte lazo con “su teta”.
Para dormirse tiene que ser junto a mi y si puede ser “sintonizando” mejor.
Cuando por la mañana me visto o cuando me desvisto por la noche y me ve desnuda, viene corriendo con una sonrisa que no le cabe en la cara y dice “la teta!!!!”, jajaja que gracia nos hace en casa la cara que pone.
Recuerdo que cuando era bebé y le acostaba y le daba la primera toma de la noche, cuando veía la teta se ponía eufórico. Hasta ponía los ojos en blanco jejejejeje. Mi niño…
Que buenos momentos hemos pasado (una vez pasados los duros comienzos).
Carlos González no podía haber escogido un título mejor para su manual de lactancia, Un regalo para toda la vida. Pero ahora estoy segura de que el regalo me lo han hecho a mí. No me cabe ninguna duda.
Así pues, como digo desde el comienzo de esta trilogía, La Teta Reina se prejubila.
De momento seguiremos con el servicio suspendido. Quizá en un tiempo reactivemos la actividad. Nunca se sabe.
Y ahora me despido, uys! que me emociono (y eso que llevo 3 semanas haciéndome a la idea). Me despido de algo que durante algo más de dos años me ha hecho ser feliz y me ha dado la oportunidad de compartir con mi hijo algo único y de coto privado.
Seguiremos disfrutando de las próximas etapas y espero hacerlo y compartirlo aquí con todos los que se animen a seguir aguantándome.
Para mí, es un placer moverme en esta “segunda realidad” con gente tan maravillosa como la que he encontrado aquí.
Gracias a todos por acompañarme en esta etapa tan maravillosa y especial para mi.
Juer, ya estoy llorando otra vez. Si es que soy lo peor…, espera que no veo ni las letras…
Es que después de casi un año que llevo con el blog este es el post que más me ha costado escribir.
Atrás quedan los dolores, el agobio por andar con el saca-leches ordeñando a cualquier hora, su magia por calmar cualquier dolor o nerviosismo, los momentos de disfrute máximo, la comodidad de no tener que esterilizar, lavar, calentar, comprar. La imagen de la cara de Boliche alimentandose de mí, y muchas cosas más.
La TETA es el alma de este blog y despedirme de ella (que NO del blog) no es nada fácil.
Uf!, espera que “el nudo” no me deja tragar…
Y ahora… ¿que hago con el nick de la Teta Reina y con el nombre del blog?
Es que no me veo con otra identidad…
Pues la Teta Reina tendrá que seguir luchando (como digo en la cabecera) en una guerra sin cuartel, por el derecho de cualquier mujer, a seguir hasta cuando quieran los interesados con LA LACTANCIA MATERNA.

Lo único bueno de esto, es que ya no tendré que aguantar las caras y los comentarios de los que nunca entendieron mi postura. Ni con lo de la psoriasis ni con la lactancia prolongada.
No hay mal que por bien no venga.
Igual ahora, incluso echo de menos eso de, "¿pero todavía sigues con la teta?"
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lunes, 28 de febrero de 2011
La Teta Reina se prejubila (2ª parte)
En primavera del año pasado, viví los peores momentos de mi vida en lo que se refiere a mi estado de salud.
Tengo psoriasis desde los veinte años pero solo tenía un par de placas en los codos y así se mantuvieron hasta que me quedé embarazada.
Contrariamente, esta enfermedad suele desaparecer o mejorar considerablemente durante el embarazo.
Pero yo que soy el espíritu de la contradicción, hasta en eso tuve que ir en contra de lo común.
Mi psoriasis empezó a empeorar, pero iba despacio.
Pensé que mejoraría cuando diera a luz, pero no. Cada vez iba a peor hasta que en el invierno del 2009-2010 la cosa ya se descontroló totalmente.
Sufrí un brote fortísimo.
Algo fuera de lo normal. No había en mi cuerpo una zona de 5 cms libre de las placas a excepción de la cara, las palmas de las manos y de los pies. Fue horrible. Parecía un monstruo. O al menos así me veía yo.
El acomplejamiento hizo su aparición y casi no quería ni salir de casa.
Los picores eran horribles. Inaguantables. Sobre todo por la noche.
Tenía que levantarme de madrugada a darme duchas de agua fría porque era lo único que me calmaba algo.
Estuve de médicos, después de esperar para la cita del especialista casi 2 meses. Y poca solución me dieron.
Eso sí, cualquiera de ellas, conllevaba quitar el pecho a Boliche. Salvo los Rayos PUVA.
Así que me di 20 sesiones de rayos pero aquello no mejoraba, yo creo que incluso estaba peor.
Un día en el trabajo, después de llevar casi una hora de pie porque no me podía sentar, me derrumbe emocionalmente.
Me fui llorando y desquiciada a mi médica de cabecera que cuando me vio lo único que supo hacer fue echarse las manos a la cabeza y mandarme al hospital de urgencias y con la baja laboral en la mano.
En el hospital tuve la suerte de dar con una dermatóloga que solo pasaba consulta 2 días en semana y que al parecer era una de las mejores en el tema.
Me dijo que me pondría en tratamiento con un medicamento que estaba dando muy buenos resultados pero que tenía que quitarle el pecho a Boliche en 15 días máximo. Mientras me aguantaría con corticoides, pero en 2 semanas tenía que empezar sí o sí.
Salí de allí peor que entré. Y podéis pensar que es una estupidez, que mi salud es lo primero y todas esas cosas y sí, es cierto pero yo no estaba preparada para destetar a Boliche porque él no estaba preparado en absoluto.
Y lo peor de todo es que tampoco me dio ninguna razón, “solo es por prevenir”, “total si ya tiene más de un año”.
Ya, pero es que si no es necesario porque se lo voy tener que quitar.
Por supuesto, soy la primera persona interesada en el bienestar de mi hijo y no le permito a nadie que lo ponga en duda. Y precisamente por eso, yo quería informarme de los riesgos que podría conllevar el tratamiento en caso de seguir con el pecho.
Algo que creo también es responsabilidad de mi dermatóloga. ¿O es que ahora los médicos solo diagnostican y se acabo el tema?.
Yo creo que su responsabilidad va más allá.
Igual que un profesor no solo debe educar sino observar y valorar le entorno del alumno.
¿Sería correcto que un profesor mantuviera los ojos cerrados a un posible maltrato a un alumno en su casa, solo por el hecho de que su deber es solo el de educar?
Pues en este caso yo lo veo igual.
Si mi dermatóloga sabe que yo no quiero quitarle el pecho a mi hijo, ¿por qué no se molesta en averiguar si ese medicamento es compatible con la lactancia materna?
¿No sería para ella más fácil que para mi?
Y más sabiendo que el estado emocional del paciente influye sustancialmente en el desarrollo de la enfermedad.
Entonces si para mí va a ser complicado el hecho de quitar el pecho a mi hijo, ¿por qué no se preocupa de ver si es viable o si hay algún tratamiento alternativo?
No, lo más fácil es abreviar y no buscarse complicaciones.
Así que de la consulta salí con el ánimo por los suelos. Pensando como haría para destetar a Boliche en 15 días y pasarlo lo menos mal posible.
Esa noche tuve que darle el primer biberón a Boliche con todo el dolor de mi corazón al ver que él no lo quería y lloraba por la teta. ¡Que mal lo pasamos!.
Pensé en quitarle 2 tomas la primera semana y el resto la segunda. Me parecía tan poco tiempo el que tenía…
Pero yo que seguía erre que erre con el mismo tema, me negaba a aceptar esa realidad, así que (gracias otra vez a mi cabezonería y al apoyo de mi marido) me puse a buscar información sobre el tema.
Escribí a Dr. Carlos González y le pedí ayuda. Esa fue la primera vez que contactamos y desde entonces no ha sido más que una ayuda imprescindible para mí. Y por eso le estaré eternamente agradecida.
Me dijo que el no veía problema ninguno por seguir con la lactancia y el tratamiento propuesto y me remitió a alguna web y al Hospital de Denia (perteneciente a la iniciativa Amigo de los niños desde 1998)y además me envió varios estudios realizados de pruebas del medicamento en cuestión y de la compatibilidad con la lactancia.
En el Hospital de Denia conseguí hablar con el jefe de pediatría que me confirmó y explicó lo que en la web e-lactancia decía la respecto. Y me corroboró los datos que me había enviado el Dr. González.
Una luz de esperanza aparecía en el horizonte para nosotros.
Pero faltaba todavía una semana y yo le había quitado 2 tomas a Boliche.
No tenía intención de quitarle ninguna más pero tampoco me podía arriesgar a seguir con la teta y que luego la dermatóloga se negara a darme el tratamiento, porque lo que tenía claro era que iría con la verdad y ya veríamos que pasaba.
Y lo que tampoco podía hacer era quitarle el pecho de golpe, así que tiré por la calle de en medio.
Cuando llegó el día de la consulta, me presenté con una carpeta y toda la documentación que conseguí reunir.
Le expliqué todo a la dermatóloga y le pasé toda la información.
Eso sí, todo con un cuidado exquisito pues no quería que se molestara por “entrometerme y cuestionar su opinión”, no vaya a ser que se le hiera el orgullo a la doctora y la liemos más gorda.
Después de estar bastante rato leyéndose toda la documentación, me dijo que estaba de acuerdo y que podía seguir con el pecho.
¿Qué?, ¿Cómo?, ¿así de fácil?.
Sí. Ella solo me lo había recomendado para curarse en salud, vino a decir con sus explicaciones.
O_O
Y yo no sabía si reír o llorar.
Estaba feliz porque podría seguir dándole el pecho a mi hijo, pero estaba terriblemente enfadada con aquella mujer, ¡¡¡precisamente una mujer!!!, que le había importado una mierda que yo lo hubiera pasado francamente mal esos 15 días dándole vueltas al coco constantemente, buscando información por todas partes, estrujándome el cerebro buscando una solución favorable para nosotros.
Todo daba igual, ella solo quería salvar el culo de la manera más fácil, rápida y cómoda.
Muchos conocidos y/o amigos me preguntaban y algunos no llegaban a entender el por qué de mi obcecación. Incluso les parecía mal.
Y yo…, bueno yo, daba pocas explicaciones. Si no lo entendían poco podía hacer yo.
Es algo difícil de explicar. Se trata de luchar por un derecho.
Solo podía decir, SI LA SALUD DE MI HIJO PELIGRARA YO NO DUDARÍA NUNCA, JAMÁS LE PONDRÍA EN PELIGRO, pero si no es necesario ¿por qué voy a tener que dejar de hacer algo que mi hijo sigue necesitando?
¿Tan difícil de entender es eso?
Continuará…
P.D: Igual se va a pasar de extenso, pero no quiero dejarme nada en el tintero.
Quiero explicar detalladamente que y como han influido las acciones de otras personas en el destete de mi hijo.
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jueves, 24 de febrero de 2011
La Teta Reina se prejubila (1ª parte)
-“Sí, bueno, si puedo le daré pecho, pero ya veremos”
No lo tenía nada claro. Mi madre casi no pudo darnos el pecho a ninguno y después de tantos años, tampoco me podría servir de gran ayuda.
El único testimonio con el que había contado, había sido el de una prima mía, que le había dado el pecho a su hijo, pero como vivimos bastante lejos, no pude conocer el proceso de cerca.
Sabía que las primeras semanas ella lo había pasado muy mal y que había sufrido muchos dolores, así que lo poco que sabía era que no tenía ni idea de si podría darle el pecho a mi hijo, pero en cualquier caso, “eso” dolía mucho, seguro.
La matrona que nos dio las clases de preparación, es una mujer prolactancia 100%, es más, en algunas ocasiones, me parecía que se pasaba un poco de radical (que cosas, cuantas vueltas da la vida), sobre todo de cara a que si había personas como mi hermana que no iban a poder dar el pecho por problemas físicos, ese tipo de comentarios les haría sentir fatal.
Después de oír todas sus charlas, yo seguía igual. Vamos que a mi eso de la teta, me sonaba súper chungo y doloroso y encima, yo tengo los pezones súper sensibles y me da grima que me roce cualquier cosa, así que cuando me ponía a pensar que mi hijo se iba a tener que enganchar de ahí, casi casi me daban hasta mareos (quien me lo iba a decir como acabaría la cosa…)
Cuando nació Boliche, me lo puse al pecho en cuanto pude, osea 8 horas después de la cesárea, que se dice pronto (por si alguien no lo ha leído y le apetece conocer como fue la odisea en el espacio o el también llamado, parto la burra).
Los primeros días no me dolió nada y ya estaba yo cantando victoria, pero por alguna extraña razón pasados 3 días la cosa empezó a torcerse.
Aquí me dieron varias teorías, pero no conseguí confirmar ninguna.
- Podía ser porque al ponerle una enfermera el chupete al día siguiente de nacer, Boliche se confundiera y la succión fuera incorrecta.
- Podía ser por una infección de hongos, pero como a nadie se le ocurrió, no me hicieron ninguna prueba.
- Podía ser, como me decía la pediatra porque Boliche estaba tanto tiempo al pecho (tomas de 1 hora) que el pezón se “maceraba”.
- Podía ser por una mala postura, aunque después de conseguir ver a mi matrona casi 3 semanas después de dar a luz porque estaba de vacaciones, ella pudo comprobar que mi postura era correcta.
- Podía ser, como me decían algunas amigas, porque el pecho tenía que acostumbrarse, que hacer callo, y que era normal que me doliera.
Podía ser por muchas cosas, aunque yo me inclino más por la teoría de los hongos y descarto otras muchas porque las considero una chorrada sin fundamento alguno.
En cualquier caso, como decía antes, fue una faena que mi matrona se cogiera las vacaciones en esas fechas, porque aunque parezca alucinante, nadie le hizo la sustitución y yo me vi, sola, desamparada y sin que nadie me pudiera echar una mano.
Desde mi más absoluta ignorancia, lo único que hacía era echarme kilos y kilos de Purelan en el pecho para soportar “algo” el dolor, pero no había nada que me calmara y mi frustración aumentaba por momentos.
Ni discos de gel frío, ni pezonera, nada de nada. Aquello no tenía arreglo.
La semana de Reyes, cuando Boliche tenía 19 días, aquello fue el acabose.
Se me hizo un agujerito en el pezón derecho y me salía sangre y leche a parte iguales. ¡Era horrible!.
Empecé a sacarme la leche de ese pecho con el sacaleches y se la daba en biberón y luego le daba del otro pecho de forma natural.
No se me olvidará un día que estaba sentada en el sofá de casa de mis padres en el pueblo y mientras Boliche mamaba, yo lloraba y mi madre con un klinex me secaba las lágrimas. Fue terrible. Menuda estampa.
Ahora lo recuerdo y todavía me emociono, porque lo pasé muy mal, porque me sentía sola, porque yo quería seguir dándole el pecho a mi hijo y veía que se lo iba a tener que quitar.
Y porque me sentía inútil y estúpida.
Como podía ser que aquello que llevaban haciendo miles y miles de años otras mujeres para mi resultara una tortura y algo imposible.
¿Que narices era lo que estaba haciendo mal?, ¿Por qué nadie podía ayudarme?
Cuando volví del pueblo, fui a ver a la matrona que ya había vuelto de sus vacaciones. Vio que mi postura era correcta y que tenía mucha leche (cosa que yo ya sabía porque mi hijo había cogido mucho peso esos días), pero no me pudo decir nada más.
Solo me dijo, “aguanta una semana más y me vienes a ver otra vez, que no hay mal que cien años dure”.
Vaya ánimos. Que fácil se dice una semana. Cuando yo contaba las horas que me faltaban de una toma a otra porque era una tortura.
Mi marido me decía, “está llorando, tiene hambre” y yo le suplicaba, “por favor, aguántale 5 minutos, por favor, por favor”.
Así que aguantar una semana más no era ninguna tontería.
Creo que aquí influyó mucho, lo cabezota y terca que soy a veces. Porque yo quería con todas mis fuerzas que aquello saliera bien y me negaba a fracasar con algo que yo sentía que tenía que ser maravilloso, pero indudablemente, tampoco puedo afirmar con rotundidad cuanto tiempo hubiera aguantado en esa situación, seguramente no mucho más.
Por suerte, cuando esa semana estaba finalizando empecé a notar que me dolía un poco menos, y cada día la cosa iba mejorando de forma notable.
Diez días después, le estaba dando el pecho a Boliche, sin dolor alguno. Disfrutando como loca de algo grandioso y que por no sé que motivo se había torcido desde un comienzo.

Y por encima de todo, por que he defendido mi derecho a seguir dando el pecho a mi hijo hasta que nos diera la gana y por que me da una gran tristeza decir que después de 15 días sin mamar, creo que ya puedo decir que Boliche "se ha destetado", al menos, en lo que entedemos como destete, a lo que alimentación se refiere.
Y lo digo con tristeza por dos razones.
La primera, porque aunque parezca una tontería siento como si se hubiera cortado un cordón umbilical invisible que todavía nos uniera.
Algo muy intimo y secreto entre Boliche y yo.
Algo solo nuestro.
Y la segunda y más importante porque, aunque el destete ha sido progresivo y para nada brusco, la razón de que haya llegado ya, ha tenido que ver con la intrusión del biberón en nuestras vidas.
Y este entrometimiento no ha sido por voluntad propia sino impuesto desde la ignorancia y el desinterés por salvaguardar la voluntad del paciente. Osea, la mía.
Continuará...
martes, 15 de febrero de 2011
Eso no se hace!

Este fin de semana ha sido bastante completito.
El sábado tuvimos comida en casa de unos amigos y lo pasamos genial.
Venía otra pareja de amigos que tiene un niño de 3 años y otro bebé de un mes.
Boliche se lo pasó en grande y calló en la cama totalmente desmayado.
Y el bebé…, bueno el bendito bebé se portó de maravilla todo el día.
Tomaba su teta, se quedaba frito y al carro a seguir durmiendo hasta la siguiente toma.
Daba igual que los gremlins estuvieran dando gritos por allí que ni se inmutaba.
Yo pensaba que era una leyenda urbana. Que esos bebés eran tan irreales como los cocodrilos de las alcantarillas de New York, pero va a ser que no. ¡EXISTEN!
La mamá sobre todo está encantada, claro, porque esto le permite poder atender al mayor más fácilmente e incluso descansar.
Además como el primero no fue precisamente así de bueno, todavía saber valorarlo aun más, si cabe.
Yo desde luego, me voy a pedir uno de esos para reyes, a ver si esta vez cuela.
El domingo, pasamos la mañana muy tranquila. Haciendo cosillas pero sin estresarnos mucho y por la tarde fuimos a una ludoteca porque Boliche estaba invitado a celebrar un cumpleaños.
No habíamos ido nunca a una ludoteca, pero sí le había echado el ojo a alguna por internet para ver como funcionaban.
El plan era estar un rato jugando en el parque de bolas, luego, hacer una actividad de manualidades, tomar una pequeña merienda y volver al parque de bolas a jugar otro rato.
Boliche se lo pasó muy bien. Aunque solo conocía al cumpleañero, estuvo todo el rato subiendo y bajando por las rampas y saltando en las colchonetas.
Se tiró una vez por el tobogán pero no le gustó porque desde el final de tobogán hasta el suelo había medio metro y claro el golpetazo al llegar al suelo era bien majete.
Imagino que eso está así pensado porque se supone que esa zona debe estar llena de bolas y claro el niño debería caer a la piscina de bolas, pero como solo había unas pocas bolas por ahí desperdigadas pues allí no había nada que amortiguara el golpe.
Una cutrez total y sobre todo un peligro para los niños.
La que no se lo pasó tan bien fui yo.
Solo conocía una mamá y aunque en principio para mí esto nunca ha sido un handicap porque yo me enrollo hasta con las piedras, el rollito que tenían no me gustaba ni un pelo.
Así que salí de allí un poco mosqueada.
Hubo varias cosas que no me gustaron pero lo que peor me pareció fue cuando una niña quería quitarle el juguete a otro niño y este para evitarlo le arreo un mordisco a la niña.
La niña va llorando a decirselo a la madre del nene mordedor y la madre en vez de decirle a su hijo que "ESO NO SE HACE", le dice a la niña, “ ¿y tú que le has hecho para que te mordiera?, a lo que la niña responde que quería quitarle el juguete y la mamá, le suelta, “es que hay que compartir los juguetes, cada uno un ratito”. Y se quedó más ancha que larga, la tía.
Yo no me lo podía creer. No solo no le dice a su hijo que eso que acaba de hacer no debe hacerlo, sino que encima, le dice a la niña como debe comportarse y que debe compartir. Tocate las bolas, Mariano!
Yo alucino en colores con algunas cosas, de verdad.
Ese tipo de cosas nunca me han gustado pero desde que sufro en mis propias carnes o mejor dicho, Boliche sufre en sus propias carnes ese tipo de conductas por parte de otros niños que han sido reforzadas con la actitud de sus padres, ya si que me llevan los demonios.
Mi hijo ni pega, ni se defiende. Es así de pavo.
Y cuando digo que no se defiende, no me refiero a que devuelva el golpe, no. Me refiero a que al menos se cubra con los brazos. Pero nada.
Lo he hablado con su profesora y me ha explicado que hay algunos niños que tiene la mano o la boca más floja y se les escapan los guantazos o los mordiscos y que cuando Boliche es objeto de algún zarpazo por ahí suelto, lo único que hace es llorar.
Claro, normal. Es que en casa siempre le hemos dicho que no se pega. Que eso está muy mal. Que va a hacer el niño.
Y soy consciente que algunos niños pegan o muerden aun insistiendo sus padres en erradicar ese comportamiento, pero los niños son así (aunque para eso están sus padres, para seguir trabajando en ello y evitar esas conductas).
Ahora ya, si tu hijo pega o muerde y encima tú no le corriges y le haces ver que no pasa nada y que está justificado su comportamiento, pues apaga y vámonos, imagínate que panorama. Todo el día repartiendo leches y/o bocaos a diestro y siniestro.
Y yo que sé lo que es eso, que lo he sufrido de pequeña con mis primos, pues maldita la gracia que me hace.
De que me sirve explicarle a mi hijo lo que está bien y lo que está mal, si luego se va a encontrar con situaciones así.
Con permiso de una de mis blogueras favorita, seguimos a contra corriente.
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lunes, 31 de enero de 2011
De problemas ajenos y peras mutantes
Se me ha olvidado el libro que estoy leyendo, así que voy mirando por la ventana como transcurre la vida de mi ciudad.
Detrás de mí hay dos chicas jóvenes sentadas, más o menos de mi edad.
Chica1: ¿Qué libro estás leyendo?
Chica2: Éste (no dice el título, imagino que le habrá enseñado la portada).
Chica1: ¿De qué va?
Chica2: Llevo poco, pero va de un grupo de personas, sus vidas y sus problemas. Todo entrelazado.
Chica1: ¿y qué tal?
Chica2: Lo poco que he leído, bien. Lo bueno que tiene, es que mientras leo los problemas de los demás, me olvido de los mios.
Chica1: bueno, algo es algo.
Me levanto y me bajo en la siguiente parada.
Cada uno tiene sus motivos para leer.Y para dejar un regustillo más dulce este lunes, aquí os dejo el dibujo que acabé hace un par de semanas. Con la misma técnica que hice los membrillos mutantes. El pastel.
Os presento a sus primas, las peras mutantes.
Feliz semana!
miércoles, 19 de enero de 2011
Las respuestas de Carlos González
El lunes a las 9 de la mañana le envié al doctor Carlos González todas las preguntas que se habían recibido en este blog y en el de La mamá vaca. Y a las 6 de la tarde ya tenía las respuestas.
Como diría el de Ubrique, en dos palabras, "IM-PRECIONANTE".
No puedo más que estar enormemente agradecida porque esto, para mí, es todo un L U J O.
Aquí os dejo las preguntas que se dejaron en los comentarios de este blog con sus correspondientes respuestas. Y en el blog de LadyA podréis ver las preguntas que se dejaron allí.
Lucía preguntó:
He leído muchas veces que este señor es partidario y lo aconseja fervientemente, que lo mejor es dejar a los niños en casa y no llevarlos a la guardería tan pequeños, y si es necesario, incluso proponiendo que alguno de los padres dejara el trabajo, con el sacrificio que ello supondría.Mi pregunta es, con todo lo que usted trabaja y el tiempo que le dedica a su profesión, no cree que usted ha sacrificado mucho tiempo de estar con sus hijas por su trabajo.Cosa que yo egoistamente le agradezco, porque su dedicación me ha servido de ayuda, pero no eso predicar poco con el ejemplo?Espero que me mi pregunta no le ofenda porque no es mi intención sino todo lo contrario, pero es que esa duda me ha surgido muchas veces...
El Dr. González contesta:
Error, no trabajo mucho ni dedico mucho tiempo a mi profesión. Pedí una excedencia en mi plaza de pediatra del seguro hace ya ni recuerdo, creo que quince años, y nunca he vuelto. Ahora que mis hijos son mayores paso consulta una tarde a la semana. Aunque a veces doy alguna conferencia, básicamente estoy en casa todo el día.
Loli preguntó:
El Dr. González contesta:
Pues la verdad es que muy normal no es. Los niños suelen tomar el pecho por la noche hasta los dos o tres años; pero raramente toman el biberón por la noche después de los seis u ocho meses. Y, sobre todo, un niño que toma biberón debería dejar de tomarlo al cumplir un año. La leche en vaso. Precisamente para evitar la costumbre de dormir con biberones de leche, que puede producir graves caries.
Así que creo que lo primero sería ir suprimiendo el biberón, y si tiene hambre por la noche, leche bebida en vaso.
Para los niños destetados antes del año, leche adaptada. Para los destetados con más de un año, hasta los dos o tres, leche de vaca entera. A partir de los dos o tres años puede ser semidesnatada (y es conveniente que lo sea si el niño está más bien gordito).
Anuda preguntó:
Yo, aunque no tengo niños, también quiero participar a pesar de que mi pregunta es un poco chorra y más o menos me supongo la respuesta. ¿Algún consejo para todos aquellos padres que se sienten a contracorriente y que se ven enfrentados al resto de la sociedad por el hecho de decidir educar a sus hijos de un modo más natural (LM, colecho, porteo, etc)?
El Dr. González contesta:
Paciencia.
Belén preguntó:
Quizá necesito de él algún libro más sobre crianza más allá de cuando son bebés, más centrada en el periodo escolar, que es lo que me toca vivir ahora. Esa sería, en todo caso mi pregunta, ¿para cuándo un libro sobre la crianza del niño a partir de los 3 años?.Ah!! y otra que me acabo de enterar que sale un libro próximamente relacionado con las vacunas. ¿Por qué hay ahora esta corriente tan cerrada en contra del calendario de vacunas?. ¿Las vacunas son totalmente seguras y necesarias para nuestros hijos?.
El Dr. González contesta:
Mis libros ya hablan de niños de más de tres años. De lo que hablan poco es de crianza. Es decir, no pretendo decir a los padres como hay que criar a un niño. Más bien lo que hago es explicar cómo son los niños, por qué se comportan como se comportan. Intento desterrar esos mitos tan extendidos de que los niños hacen lo que hacen para fastidiar o para tomarnos el pelo, o de que se van a malcriar si los cogemos en brazos. Una vez explicado esto que cada cuál críe a su hijo como le parezca conveniente.
Siempre ha habido gente en contra de las vacunas. Y en los últimos años parece que se ha unido con los conspiranoicos en general, hace unos meses corrían por internet ridículos correos en cadena diciendo que vendrían los soldados a vacunarnos a punta de bayoneta contra la gripe A para matarnos a todos y enterrarnos en las fosas comunes que ya estaban excavadas y preparadas... y no sé qué pasa, que cuanto más ridícula es una conspiración más parecen ciertas personas dispuestas a pensar que “igual hay algo de cierto”.
Nada en este mundo es “totalmente seguro”. Puedes tener un accidente en el coche, ahogarte en la piscina, caerte de un columpio o de la bicicleta, sufrir alergia a las fresas o intoxicarte con una mayonesa. Y casi nada en este mundo es “necesario”, excepto comer, beber, respirar y abrigarse si hace frío; se puede vivir sin zapatos y sin aprender a leer.
Lo importante es ver cuáles son los pros y contras de vacunar o de no vacunar, y obrar en consecuencia.
Personalmente, vacuno a mis hijos con la misma tranquilidad con que les dejo comer fresas y considero tan necesario vacunarles como enseñarles a leer.
Anónima1 preguntó:
Soy una feliz mamá de una bebé que acaba de cumplir un añito.Feliz, feliz salvo por el hecho de que duerme fatal. Hemos intentado de todo (salvo el metodo Estivill, nos negamos a hacerle pasar ese mal rato a nuestra nena) pero no hay manera de que duerma más de 2 ó 3 horas seguidas. Después de un año, estamos agotados. Nuestro trabajo y hasta nuestra relación se está resintiendo mucho. Hace poco una amiga, que vive en Bélgica, nos habló de la osteopatía infantil, muy extendida en Europa y Estados Unidos, pero algo desconocida por aquí.Sé que muchos médicos son algo escépticos con esta rama.Por tanto, mi pregunta a Carlos González es la siguiente: ¿Qué opina de la osteopatía infantil? ¿Cree que es tan efectiva como dicen para según que problemas de los niños: sueño, digestivos, respiratorios..?
El Dr. González contesta:
No creo que la osteopatía, en su sentido estricto de manipulación vertebral, sea eficaz para nada más que algunos caso de dolores de espalda. Muy especialmente, no creo que influya para nada en problemas digestivos y respiratorios. Creo que lo que ocurre es que los médicos “convencionales”, con nuestra mala práctica, hemos “malcriado” a la población. Muchos padres están acostumbrados a salir con una receta (o varias) cada vez que van al pediatra. Antibióticos (muy útiles cuando son necesarios, pero muchas veces usados sin necesidad), jarabes para la tos, expectorantes, reforzantes, antidiarreicos y mil tonterías. Un día se deciden a usar algún remedio “alternativo” y descubren que funciona tan bien para el resfriado, el dolor de barriga o la diarrea de su hijo como el medicamento que le recetaba el pediatra. ¡Pues claro que van igual de bien! Ninguno de los dos hacen nada.
Anónima2 preguntó:
Mis preguntas:
1) Por qué hay tanta diferencia entre lo que recomienda la AEPED sobre lactancia y lo que recomiendan muchos pediatras de la Seguridad Social? Qué tipo de formación recibe un pediatra sobre LM?
2) Crees que las asesoras/expertas en lactancia deberían ser una figura mucho más reconocida, implantada y visibilizada en nuestro sistema de salud? Creo que podrían salvar la lactancia del 99% de las mujeres... Pero el 99% de las mujeres no las conocen!
El Dr. González contesta:
1) Pues lo dicho. Muchos médicos recetan tratamientos que en la facultad nos explicaron claramente que no servían para nada. No era de esperar que, justo en el tema de la lactancia, estuvieran todos perfectamente formados y actualizados.
2)Sí, supongo que sería bueno que hubiera asesoras de lactancia en el sistema sanitario. Aunque también se corre el riesgo de fraccionar innecesariamente la atención. Es decir, si hay una experta en lactancia, ¿se preocuparán la enfermera, la comadrona, la pediatra en aprender algo sobre lactancia, o para eso está la experta? Creo que tiene que haber profesionales de amplio espectro, y que los expertos deben estar sólo para unos pocos problemas raros.
La Teta Reina preguntó:
No me hago una idea de la cantidad de preguntas y entrevistas que le habrán hecho a lo largo de su vida profesional. Y la de veces que habrá tenido que responder a la misma pregunta. Me gustaría saber, si recuerda alguna pregunta especialmente original, interesante, difícil o incómoda.O alguna a la que no supo (y quizá sigue sin saber) contestar.
El Dr. González contesta:
Pues mira, la pregunta más rara que me han hecho es precisamente esta. Una metapregunta.
Bueno, una vez me hicieron una pregunta rarísima. Alguien que se confundió de autor favorito. Doy una conferencia de hora y media (tirando a más, que yo me enrollo mucho) sobre no obligar a comer a los niños, y al final alguien que se levanta: “bueno, mi pregunta es sobre su otro libro, el del sueño, cuando dice que hay que dejarlos llorar un minuto el primer día, tres el segundo...”
Espero que os haya servido de ayuda.
A mí, me ha parecido una experiencia de lo más interesante y enriquecedora.
No me cansaré de daros las gracias a todos los que habéis participado de ella, sobre todo a los que habéis dejado vuestras consultas.
Un millón de gracias a todos.
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