"...El placer ha sido mio..."

...El placer ha sido mío...

SACRIFICIO
(RAE): Acción a que alguien se sujeta con gran repugnancia por consideraciones que a ello le mueven.

No, señores y señoras, dar el pecho no debe ser un sacrificio. Debe ser un PLACER.

viernes, 28 de enero de 2011

¡No me toque al niño y punto!


Cuando ya empezábamos a superar, el hecho de que una de nuestras vecinas se empeñe días sí, día también, en cambiarle el sexo a Boliche, entra en nuestras vidas otro personaje peculiar, que supera en peligrosidad a la vecinita del primero.

Nos ha costado, pero viendo que después de dos años de ver como evoluciona Boliche, que ella siga insistiendo en "lo guapa que es mi niña", ya nos da una ligera pista sobre el problema que tiene esta señora.

Así que, pasapalabra.

Ahora tenemos una nueva amenaza en la jungla de mi barrio. Porque mi barrio es la jungla, no sé si os lo había dicho antes.
En concreto hace unas semanas salió a escena una paisana, que nunca había visto pero que debe vivir por el barrio, porque las del super la conocen y saben como se llama. Lola.

Es una señora mayor, no sé cuanto años tendrá pero rondará los 75-80, creo.
Va siempre hecha un cuadro. Sucia, huele mal y tiene las uñas largas y de luto (como diría un amigo mío), osea negras.
La cabeza la tiene bien, por lo que he podido percibir y me han confirmado las chicas del super, pero es muuuuuu pesada.

Todo esto no tendría porque ser un problema, sino fuera porque cada vez que ve a Boliche, le persigue hasta que le toca o pellizca los carrillos.

La primera vez me pilló desprevenida y me dio una rabia terrible, pero una que se va curtiendo con la experiencias de la vida, como la cagada de la librería, el acoso payasil y esas cosillas, ya sale de casa y pone el sistema de máxima alerta.

Hace unos días paso a comprar unas cosas por el super y cuando estoy dentro la veo. Estratégicamente voy llamando a Boliche por los pasillos más alejados a ella, y digo llamando porque Boliche en el super tiene que ir a su aire. Con la cesta vacía eso sí, porque si le metes un sobre de levadura ya dice que no puede porque "pecha musho", así que él va detrás de mí, con la cesta vacía y yo llevo los brazos cargados de cosas hasta que me llegan a la nariz, se me tapa y ya no puedo respirar.

Voy rapidita para salir de allí lo antes posible. Me dirijo a la caja, pero la muy pelleja me ve y acelera el paso hacia nosotros.

Paso a Boliche al otro lado de las cajas para mantenerle a salvo. Meto las cosas en las bolsas pero cuando nos vamos a ir alguien nos corta el paso. Ya os podéis imaginar quien es, ¿verdad?.

Agarro a Boliche del brazo y digo adiós a las cajeras. Veo que el enemigo se acerca (y ya me llega el mal olor) y como lanza la zarpa para poder tocar a Boliche la cara, pero esta vez yo he sido más rápida y en un movimiento que ni el mejor vaquero del oeste, saco a Boliche de su radio de alcance.

Me mira y da un paso adelante. Vuelve a insistir y yo vuelvo a retirar a Boliche.

Parece que la tía no se da por vencida y Boliche ya se está poniendo nervioso, pero tenemos la salida bloqueada.

Vuelve a intentarlo y esta vez ya no me puedo callar.

-No le toque, por favor, señora.

Me mira y se ríe (que jodía!), y me pregunta que por qué.

Sale una de las cajeras al quite que se está oliendo el percal y le dice, Lola, venga, que a los niños pequeños es mejor no tocarlos que les podemos pasar muchas cosas.

-Ya pero es que a mi me gusta tocar a los niños

Gggggrrrr, la madre que la parió...

Vuelve a lanzar la mano.

-Ya, y a mí no me gusta que le toquen. Ya se lo he dicho señora.

La cajera le dice que si le gustan los niños pues que los tenga ella y en ese giro que da para escuchar lo que le dicen, yo la esquivo y salgo de la tienda como alma que lleva el diablo.

De momento estamos a salvo, pero nunca se sabe. Puede aparecer en cualquier momento y tengo que permanecer atenta. Uf!, que pesadilla de mujer.

Será que me he vuelto muy escrupulosa, pero no me gusta que le anden toqueteando y menos si veo que la persona en cuestión no cumple las normas básicas de higiene.

Y es que no entiendo esa manía que tienen las personas mayores, de andar toqueteandolos todo el día.

Sí, ya se que los niños pequeños son muy majos y todo lo queráis pero es que no son monos de feria y el pertenecer al clan de la tercera edad no te da derechos a hacer lo que te de la gana, porque algunos viejos se las traen y menudos humos se gastan..., y menos si le estoy diciendo, yo, su madre, que no le toque.

No me toque al niño y punto. ¡Cojones!

( y perdón por las palabras malsonantes, pero como en casa me lo tengo prohibido, en algún lugar me tengo que desahogar...)

Feliz finde a todos!


P.D: No quiero despedirme sin informar a los que no lo sepan todavía, que en el blog de MAMA SIN COMPLEJOS, se sortean 3 entradas para una obra del Teatro Tyl Tyl, muy chula (para ir con el niño/a). Pasaros y apuntaros. Yo ya lo he hecho!