"...El placer ha sido mio..."

...El placer ha sido mío...

SACRIFICIO
(RAE): Acción a que alguien se sujeta con gran repugnancia por consideraciones que a ello le mueven.

No, señores y señoras, dar el pecho no debe ser un sacrificio. Debe ser un PLACER.

miércoles, 26 de enero de 2011

Sombras, películas y algunas divagaciones

Este domingo Boliche ha hecho un pequeño descubrimiento.
Se ha dado cuenta de que hay algo que siempre le acompaña cuando hay mucha luz o sol.
Su sombra.

Hemos jugado muchas veces en la cama a hacer sombras con las manos. Palomas y perros chuchurrios sobre todo.
Pero es que esta sombra que le acompaña en la calle, es super chuli para él.
Se pone a hacer posturas raras para ver si la sombra le sigue. Levanta un pie y lo cruza. Luego el otro.

Hijo, cuidado, que te vas a hacer un lío con tus piernas y te vas a caer!

Lo que más le ha gustado es pisar mi sombra.
Y es que Boliche con eso de pisar tiene tela.
Si está a tu lado, tiene que estar pisándote. Si está viendo dibujos y tu estás sentado en el sofá tiene que pisarte al menos un pie.
Siempre que él esté cerca y tú estés sentada, él tiene que tener un pie o los dos sobre uno de los tuyos.
Da igual que sea yo, que su padre, que sus abuelas. La cosa es pisar a alguien.

Así que claro, menuda gracia le ha hecho eso de poder pisarme a mi entera. Todo el día persiguiendo mi sombra para pisarme. ¡Qué tío!

Estas cosas tan sin importancia, a veces me dan mucho que pensar.
No recuerdo cuando fui yo consciente de la existencia de las sombras, pero seguro que me pareció la leche. Igual que a Boliche.

Como me gustaría recordar cuando y como me di cuenta de las cosas que nos pasan o que suceden en la vida.

No es que me quiera poner transcendental, pero el domingo me dio por pensar eso y luego viendo la peli de Los puentes de Madison, seguí el resto de la tarde con el mismo rote.

La primera vez que la vi (primero leí el libro), me di cuenta de lo que una madre a veces puede sacrificar por sus hijos. Y cuando fui madre, lo entendí todavía más.
No recuerdo cuando fui consciente de eso antes, ni en que circunstancias se dio.

Vale que la historia se supone que es ficticia, pero seguro que a muchas mujeres les ha pasado eso.
Eso de no vivir su vida como les gustaría para no destrozar, sobre todo, la vida de sus hijos.

Para empezar, decir que Meryl Streep me parece una actriz como la copa de un pino. Quizá sea mi actriz americana favorita.
Y es que la tía borda el papel, igual que en Memorias de África.
Bueno y “Clint Estaguoz”, ya es que es para morirse. Me chifla ese hombre. Junto con Robert Redford y Clarck Gable forman mi trio de ases favorito.

El domingo nos apetecía a los 3 estar tirados en el sofá, así que cuando llegamos del pueblo nos acoplamos bien y nos repartimos el portátil y la tv para disfrutar de nuestra sesión de Caillou-dramón-futbolero.

Hacía tiempo que no la veía y me dio una alegría tremenda cuando vi que la echaban en la autonómica.
Aunque me entró la duda, de si era el momento de verla o no. Y es que por más que la veo, siempre acabo llorando a moco tendido.

Me encanta toda ella, pero de las escenas que más me gustan, están en la que después de haber pasado la noche junto, Francesca, se levanta rebotada con Robert, aunque en realidad con quien está cabreada es con ella y con su vida.
Esa es una buena muestra de las típicas pajas mentales que a veces nos hacemos las mujeres.
En este momento, Robert dice una de las frases más bonitas que yo le he oído a un hombre decir a una mujer en el celuloide.

"No quiero necesitarte, porque no puedo tenerte"

Toma ya!, casi na!

Pobre francesca. Y es que encima la desafortunada, no tiene a favor ni que el marido sea un auténtico capullo que le ayuda a no sentir remordimiento por dejarle. No, tenía que ser un trozo de pan. Aaaarg!, que mala suerte nena.
Con la de cabrones que hay por el mundo y te tiene que tocar el santo Job.

Otra de mis escenas favoritas (super lacrimogena) es cuando ya se han despedido, ha venido su familia y se van al pueblo a comprar.
Ella está sola en la camioneta y está lloviendo a cantaros. Y
Se asoma por la ventana y ve a Robert empapado mirándola. Esperándola.
Como ella no se atreve, el se monta en su coche y se va.
Luego se paran detrás de él en el semáforo y él no arranca. Coloca la cadena que ella le regaló en el espejo retrovisor y espera.

Ella agarrada a la cerradura del coche intentando abrirla para irse corriendo con él y escaparse, pero no se atreve. Momentazo total.
Buah!, despliegue de klinex a "tutti".

Pero como todo no podía ser perfecto, tengo al papá de Boliche roncando a mi lado y yo ahí ya llorando a todo trapo y para más INRI, Boliche metiéndome el dedo en la nariz. Pero por el amor de dios!, es que no voy a poder llorar a gusto y tranquila viendo una peli, coñe????

Me encanta cuando los hijos descubren todo el pastel pero según va transcurriendo la peli, pasan de un cabreo e incredulidad total a una actitud de comprensión y agradecimiento.
Que egoístas somos a veces los hijos. Tampoco recuerdo cuando me di cuenta de lo egoísta que nos comportamos a veces los hijos con nuestros padres.
Bueno cada familia es un mundo. En algunas familias seguro que los egoístas son los padres y los hijos son los sufridores y en otras al revés.
Y en otras un ten con ten.

Somos todos tan diferentes. Tampoco recuerdo el momento en que me di cuenta de lo diferentes que somos las personas…
¿Y que tienen que ver las sombras con este rollazo que os metido?. Pues nada.
Creo que lo del post de hoy, más que divagar, ha sido desvariar. Pero en fin...

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