"...El placer ha sido mio..."

...El placer ha sido mío...

SACRIFICIO
(RAE): Acción a que alguien se sujeta con gran repugnancia por consideraciones que a ello le mueven.

No, señores y señoras, dar el pecho no debe ser un sacrificio. Debe ser un PLACER.

martes, 28 de enero de 2014

Un poquito de por favor

Algunas personas debería haber pedido a los Reyes Magos, además de regalitos, un poquito de por favor.
De por favor, de gracias, de buenos días, de hasta luego, de disculpa, de te importa...

Deberían haber pedido un poquito de educación.

Quizá sea yo que estoy un poco chapada a la antigua, pero a mí es que me gusta que me pidan las cosas con educción. Igual que hago yo con los demás.

Y llevo unos días que veo que hay mucha gente a mi alrededor que lo de la educación... como que brilla por su ausencia.

Ayer sin ir más lejos una chica me paró en la calle de la siguiente manera,

- Oye, la calle "X" sabes donde está?

Y después de decirle donde se encontraba me soltó un "vale", se dio media vuelta y si te he visto no me acuerdo.
Y allí me quedé yo con cara de gilipollas, esperando un gracias o tan siquiera un adiós.

Cuando la chavala había dado ya 4 o 5 pasos, la llame y le dije, "ah! y gracias..." y ella me miró con cara de "y esta tía qué me dice!".

Yo, que iba como las locas a buscar a mi hija la escuela infantil y ya llegaba con el tiempo justísimo, me paré a prestarle ayuda a esa persona porque lo necesitaba. Yo podía haber seguido de largo sin hacerle ni caso, o haber sido un poco más educada y haberle dicho un "perdona pero llevo prisa y no me puedo parar" pero no, me paré a atender su necesidad. ¿Tanto supone dar las gracias a alguien que te ha ayudado o que no te ha podido ayudar pero al menos se ha parado a atenderte?


La semana pasada, me encontré a otro tipo que sufría de la misma patología que la chica de ayer, Borreguismo en grado III.

Saliendo del metro me dirigía al vestíbulo de la estación para coger el ascensor y según me estoy acercando veo a un tío que se mete a paso rápido en el ascensor y le da al botón de cerrar puertas para que no podamos pasar nadie más.
Yo que, ahora, voy cargada como las mulas con mochilas, neverita, bolsa (con el sacaleches) y demás trastos, acelero el paso para llegar antes de que se cierre la puerta y consigo darle al botón antes y que se vuelvan a abrir las puertas.

La mirada asesina del tiparraco (joven y bien vestidito) ha sido de película. Pero lo mejor ha sido cuando le ha vuelto a dar al botón y otra persona haciendo lo mismo que yo ha vuelto a entrar. Y así con otras 3 personas.

Claro, cuando ha entrado la segunda persona, el señorito, que debía de llevar prisa, ha soltado un "joder" bien cabreado. Y a mí me ha dado la risa. Normal.

Y es que a este tío ya le tengo calado de hace mucho tiempo y siempre hace lo mismo. Pues oye, chico, si tanta prisa tienes, súbete las escaleras y arreando.
Porque el ascensor está principalmente para las personas con movilidad reducida. Y eso quiere decir que si hay sillitas de niños, sillas de ruedas, embarazadas, personas mayores, muletas y demás, los demás nos tenemos que esperar o subir por las escaleras. Es así y así lo indican varias pegatinas en las instalaciones del metro (y me consta que además hacen campañas para concienciar de ese tema a los usuarios).

Pero no solo en el ascensor, también los vagones de metro, los autobuses y los trenes cuentan con esas señalizaciones para asientos reservados para los casos que comentaba antes.

Ahí encontramos otra fauna de lo más variopinta. Gente que mira de reojo y clava la cabeza en su libro o que directamente se hace la loca, y como que no te ha visto con un bombo que necesita una carretilla para ser transportada, en el caso de las *embarazadas.
Y también están los que te miran y que se dividien en 2 subgrupos. Los que te miran y se quedan con cara de pánfilos porque solo tiene una neurona en funcionamiento y no les da pa´más la cosa. Y los que te miran y ven el panorama pero les suda las narices que en un frenazo conviertas el vagón en una pista de bolos y eso suponga para ti y tu bebé un grave accidente.

* Donde digo embarazada digo cualquiera de persona con las condiciones que comentaba antes.

Y yo me sigo preguntando si de veras cuesta tanto ser educado, ni si quiera amable si me apuráis, me vale con correcto.

En casa de mis padres el gracias, el por favor y demás, son el abc de la educación. Y así se lo hemos enseñado a Boliche y en su momento lo haremos igual con Canica.

Hace un tiempo leí en un blog (no recuerdo cual y aunque así fuera tampoco diría cual) que esa mamá decía que ella no veía la necesidad de que sus hijos le pidieran las cosas por favor. Y aquello me llamó mucho la atención. Ella tenía sus razones pero yo discrepo absolutamente con ella.

No pretendo que mis hijos me pidan todo por favor ni me den las gracias constatemente pero si creo que es positivo acostumbrarse a ello.

No me gusta que cuando me piden las cosas sea de forma imperativa. Así que eso de "mamá hazme la cena", si es con un por favor, mejor que mejor, aunque ese tono también procuramos evitarlo. Mejor un "mamá, me haces la cena?". Y así se lo explico a Boliche, porque lo que ahora parece una tontería, de mayores se convierte en costumbre y yo que no uso ese tono con nadie tampoco me gusta que lo utilicen conmigo.
Por no entrar en el delicado tema de que las madres (aunque algunos crean lo contrario) no somos la chacha de nadie.


Soy de la opinión de que la educación tiene que empezar en casa y por lo tanto ¿por qué no vamos a enseñarle a pedir las cosas correctamente y dar las gracias cuando sea necesario a mamá y a papá?

Si en casa no ve que los demás actuamos así ¿cómo esperamos que cuando crezca y se maneje en cualquier situación lo haga de forma correcta y sin molestar a los demás?, porque a mí lo de ayer de la chica que me abordó de esa forma en la calle, me molestó. Mucho.

Así que sí, yo soy de las que le dicen a su hijo eso de "cómo se pide?","qué se dice?" o cosas por el estilo cuando a Boliche se le olvida pedir las cosas como yo creo que se deben pedir.
Pero no solo eso, también le explicamos que hay que dirigirse hacia los demás con respeto porque es como nos gustan que los demás se dirijan a nosotros.
Hace poco y precisamente sobre el respeto tuvimos una charla en casa con él.

En el supermercado que hay camino de casa hay siempre una chaval de Nigeria que vende La Farola. En el barrio le conocemos todos porque lleva allí por lo menos 5 años. Los mismos que tiene Boliche.
Todos los días cuando pasamos le saludamos. Igual que nosotros le conocemos a él, él también nos conoce a nosotros y sabe como nos llamamos. Ha visto a Boliche dar sus primeros pasos y decir sus primeras palabras. Y siempre, absolutamente siempre, ha sido super amable con nosotros y en especial con los niños.

Pues una tarde que venía Boliche con el naipe torcido, éste chico le saludó como siempre, "Hello Boliche, how are you?" y Boliche en vez de contestarle, se puso en plan borrego, le miró mal y siguió de largo como si no le hubiera visto.

Después de llegar a casa y que se tranquilizara tuvimos una pequeña conversación sobre por qué no hay que hacer lo que él había hecho hacía un rato.

Esta persona que está en la calle, pasando frío, calor, hambre y necesidad, jamás de los jamases nos ha puesto mala cara ni nos ha negado el saludo, por lo que creo que nosotros le debemos el mismo trato por muy enfadados que estemos. Y si la persona fuera otra y las condiciones fueran otras, el respeto que debemos dar a los demás debe ser el mismo. Que es el mismo exactamente que nos gustaría recibir nosotros.
No hizo falta más que esa explicación sencilla para que Boliche se diera cuenta de que no había hecho bien.

¿Se podrá repetir la situación?, es posible. Es un niño, pero no es tonto. No confundamos términos.

Yo prefiero explicar las cosas ahora y plantar unas bases que encontrarme dentro unos años a un hijo/a déspota y mal educado que no sabe tratar con los que le rodean.
Y no quiero decir que las mamás que no quieren y/o necesitan que sus hijos les pidan las cosas por favor o les den las gracias vayan a tener hijos maleduacados, déspotas o que sufran de borreguismo, ni mucho menos, pero yo aprendí así y así me gustaría que se comportaran mis hijos. Ni más ni menos.
Creo que el respeto es la base de toda convivencia en sociedad y ese valor se aprende desde las cosas más pequeñas y habituales del día a día.

En el cole de Boliche (e imagino que en la mayoría) esta semana están trabajando sobre el tema de La Paz y todos los valores que deben estar presentes en la sociedad para convivir en armonía y nos han puesto como tarea escribir un deseo para colgar de la paloma que van a dibujar los enanos.
Pues he aquí mi deseo (y no lo solo para los demás, sino también para mí que también sufro mis momento de borrega) para colgar de la paloma de Boliche. UN POQUITO DE POR FAVOR.


Y después de este rollazo y para no caer en el pecado del borreguismo, buenos tardes y gracias por pasar por mi pequeño rincón.