"...El placer ha sido mio..."

...El placer ha sido mío...

SACRIFICIO
(RAE): Acción a que alguien se sujeta con gran repugnancia por consideraciones que a ello le mueven.

No, señores y señoras, dar el pecho no debe ser un sacrificio. Debe ser un PLACER.

viernes, 28 de mayo de 2010

El infierno del primer mes

Hace un par de semanas una amiga mía a la que quiero mucho dio a luz a su primer hijo. El parto fue todo lo que cualquier madre desea para si misma llegado el gran momento. Empezaron las contracciones en casa, cuando las tenía cada 5 minutos se fue al hospital y 2 horas y media después el pequeño bebito ya estaba encima de su mamá intentando engancharse a la teta. Para la mamá un par de puntos y listo.

Que maravilla, yo si tengo otro boliche me pido un parto así, eso desde luego.

Hablé con ella por teléfono y la encontré estupenda. Le dije que no iría al hospital porque no quería molestar pero que si me necesitaba me llamara.
Estaba súper tranquila. Le pregunté si lloraba mucho y me dijo que de momento nada.

Y pensareis que vaya cosas que pregunto pero es que la conozco y es tan llorona como yo y como se revolucionan tanto las hormonas en esos momentos pues suele ser normal que algún día lo tengas mas regularcillo y se te escapa alguna lagrimilla que otra.
Bueno yo tuve varios días de esos, además como me intentaba aguantar pues todavía se me acumulaba más y el nudo en la garganta cada día se me hacía más grande.

Pasados tres días del parto y como todo estaba en orden, le dieron el alta y por la tarde se marcharon a casa los tres juntitos, en amor y compañía.

Preparé un montón de mis súper galletas de chocolate, porque a mi amiga le encanta el chocolate y quería llevarle algo que no fueran los típicos bombones.
Y con unos regalitos para el bebito, las galletas y una pastilla del jabón que hace mi madre, me fui a su casa a conocer al nuevo miembro de la familia.

Oh! Que monada, tan chiquitito, tan dormidito, tan guapo (de verdad). Que tierno, me recordaba a mi bolichín cuando nació, aunque el mío pesaba casi 1 kg más.

En ese momento me venían a la memoria tantos recuerdos que me entraban ganas de llorar. Manda narices, que la madre esté tan serena y yo sea tan blandengue. Ains, que rabia me da eso a veces. Pero es que lo he heredado de mi madre, que es igual de llorona que yo.

Recuerdo que sobre todo a última hora de la tarde me entraba una angustia en el cuerpo horrible. Me sentía desamparada. Mi esposísimo, el pobre, intentaba animarme pero como yo sabía que el estaba tan perdido como yo en el tema, pues poco podía hacer el hombre.

Realmente el primer mes fue muy duro. Me dolía el pecho muchísimo, el boliche quería estar todo el día enganchado a él. Mi matrona estaba de vacaciones, que oportuna, y no tenía a nadie que me explicara que es lo que estaba haciendo mal. Para menos ayuda, el boliche era un llorón (maldito celador!) y lo de dormir, encima de mi bien, pero en la cuna ni de coña. Parecía que había cuchillos y cuando le intentaba acostar se ponía a llorar y a gritar como un poseso.
Si el Estivill ese hubiese sido mi vecino, jamás hubiese escrito el librito famoso. Hubiera venido a mi casa y me hubiera rogado que cogiera al niño para que se callara ya. Que cachondo…
Mi amiga me empezó a hacer preguntas de cómo podía hacer esto o lo otro y yo me puse en modo MEMORIA para explicarle todo lo que yo hacía, siempre advirtiéndola que lo que yo hacía era lo que al boliche le iba bien pero que eso no quiere decir que a su pequeño le fuera bien de la misma manera.
Cada niño es un mundo y poco a poco tienen que empezar a conocerse mutuamente. El único consejo que le di fue que no hiciera ni puñetero caso a nadie. Incluida yo. Porque muchas veces nos ponemos pesados y pretendemos que se hagan las cosas como nosotros creemos correcto pero eso no quiere decir que llevemos siempre la razón. Le dije: tú di a todo que si y luego haz lo que tú creas conveniente.

Nos despedimos y le dije que me llamara para cualquier cosa y a la hora que fuera.

En el camino devuelta a casa iba contenta por ver que mi amiga estaba muy bien y muy tranquila. Pensé que estaba claro que todos asimilamos las cosas de forma diferente. Y a lo mejor el hecho de tener un parto tan fácil le había ayudado.

Al día siguiente por la tarde me llaman al móvil. Era mi amiga.

Me pregunta que cuando yo bañaba al boliche que como lo hacía, con que jabón y si usaba esponja. Le explico como lo hacía yo y le aconsejo que le seque muy bien los pliegues de la piel para que no se le irrite las zonas de ingles, axilas, etc.
Mientras se lo estoy explicando noto un ruido raro, le pregunto si está bien y rompe a llorar como una magdalena.
Pobrecilla, que pena me dio. Me decía que era una inútil, que no iba a saber hacer nada, que su pareja le preguntaba cosas y ella no sabía contestarle como debían hacer con el niño. En ese momento me vi a mi misma hacía 17 meses.
Viéndolo desde este instante me parece hasta gracioso las tonterías por las que nos agobiamos pero en ese momento te parece un mundo todo.
Así que la animé todo lo que pude y le dije que era normal que se sintiera así porque todas (o casi todas) pasamos por esos momentos flojos. Que no pasa nada y que lo va a hacer muy bien, sobre todo porque quiere mucho a su bebé y eso es lo más importante.

Yo le echo la culpa de todo a las hormonas, que son un poco cabronas y nos dejan tan tocadas que nos hacen dudar hasta de nuestro nombre.
Pero la verdad es que lo tenemos que pasar y punto. Si tienes apoyo mejor y si no lo tienes pues le echas un par de huevos y lo pasas como puedes, que han pasado miles de años y la raza no se ha extinguido todavía aunque cualquier día volemos por los aires.

Ya han pasado 15 días y mi querida amiga está muy bien. Todavía tiene sus momentos pero están aprendiendo a disfrutar lo bueno y sobrellevar lo malo.

Está claro que todo forma parte de la maternidad. Pero pasarlo, hay que pasarlo.

P.D.: Buen fin de semana a todos.

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9 comentarios:

  1. EL mejor consejo que me dieron a mí (y fue ya durante el embarazo) fue precisamente una amiga, con la que además poco tengo en común en mi visión de la maternidad, sino que más bien nuestras visiones se autoexcluyen. Quizás fue precisamente por esto, pero el caso es que me dijo eso mismo que le dijiste tú: Dí a todo que sí y luego haz lo que te da la gana (a.k.a. lo que tú veas que mejor funciona) y que no todo es tan ideal y estupendo como lo pintan.

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  2. Sí que tiene que ser difícil hacerte cargo de una personita que depende totalmente de ti sin que te hayan dado un libro de instrucciones eficiente y que se cumpla al 100%...
    Me alegro de que tu amiga ya esté mejorcilla y de que su parto le fuera tan bien, ¡que eso es siempre bueno!
    Un besito, Reina! feliz finde para ti también. A ver si nos hace solecito...

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  3. Has contado una historia preciosa, dura y real, pero al mismo tiempo preciosa. Una historia de dos mamás, perdidas durante un tiempo, amigas que se quieren y se apoyan.

    Bueno que me enrollo, es cierto que las hormonas son unas cabronas y nos juegan unas malas pasadas de aupa. Pero es que todo el mundo espera que de golpe sepamos lo que hay que hacer. Yo me recuerdo a mi misma asustada, sin saber muy bien cómo coger a mi pequeño. Mi hermana me ayudó mucho, ella es muy resuelta con los niños y me dio mucha confianza.

    Pero el mejor consejo que la diste fue ese, haz lo que quieras, porque estará bien hecho. Uno tiene que hacer lo que vea que le viene mejor al bebé, ellos mandan. Así que a obedecer.

    Dala un abrazo gigante de mi parte y dila que lo hará genial, que querrá a su pequeño hasta hartarse y que en unos días se sentirá mucho mejor. Esto de estar recién parida es muy duro, pero lo bueno es que pasa pronto.

    Un beso y buen fin de semana.

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  4. Mama en alemania:Si eso que todo es ideal me hace mucha gracias. Yo no entiendo cuando alguien que acaba de dar a luz le preguntas y te dice q todo genial, sin ningun problema, el niño buenisimo, y ellas estupendas...yo es que debo ser gilipollas! aunque no me tengo por ello la verdad. Creo que dudas e inseguridades las tiene todo el mundo pero igual creen que queda mal decirlo.

    Crisis: la verdad que la responsabilidad es lo que te asusta. Temes hacerle daño, etc pero de verdad que las hormonas tienen mucho que ver.
    Pero bueno es una experiencia más y luego cuando pasa el tiempo te ries de ello.

    Belén, yo también tuve a mi hermana que me ayudó mucho pero ella no le pudo dar el pecho a su hijo por motivos físicos. Asi que en esa guerra me metí yo sola.
    Y mi amiga no tiene hermanas, pero bueno me tiene a mi...que le doy la brasa por dos!!!

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  5. Reina, en lo de la teta a mi tampoco me ayudó nadie. Mi madre fue de esa generación a las que engañaron haciéndolas creer que el pecho era una mierda y nada como la leche de fórmula. Tenía leche, y una niña hambrienta (yo) pero la pobre ni se atrevió a intentarlo. Otros tiempos, sin duda.

    Así que en mi familia he sido la pionera de la teta, espero que mi hermana, ahora embarazada, siga por el mismo camino, o que al menos lo intente.

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  6. Belén, yo también fui destetada con 1 mes..., consejo de un médico muy majo a mi madre!
    Por lo menos tu hermana tendrá tu apoyo y tu ayuda.

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  7. Pues yo sin revolución homonal, también tuve (y tengo) algún que otro día de esos que te encuentras más perdido que un pulpo en un garaje. El tema es que las hormonas son unas exageradas y hacen que todo parezca mucho peor, jajaja

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  8. Aysss q se me escapa una lagrimilla¡¡¡Como me has recordado a mi en mis primeros meses con el peque. Me alegro q tu amiga pueda contar con alguien como tu q la pueda ayudar y ante todo q sabe como se siente. Eso me falto a mi una amiga q me comprendiera pero claro mis amigas no tienen hijos, asi q complicado fue. Lo dicho q me alegro q os tengais la una a la otra.

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  9. Los primeros días (o mes o...) tiene que ser muy duro, sobre todo porque te tiene que dar la sensación de que no sabes hacer nada... ainsss!!

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