Besos Besos

Me encantan los besos, y sobre todo los de mi boliche.
Hay gente a la que eso de los besuqueos no le va mucho, seguramente boliche acabe siendo uno de ellos. Le tengo frito.

Le he dicho mil veces que su obligación como hijo es aguantarme todos los besos y achuchones que le da su madre y si no quiere que se busque trabajo y piso y venga, carretera!.
Creo que de momento me aguanta porque está la cosa muy jodida con lo de la crisis, pero en cuanto pueda me abandona, seguro.

Para explicarle que hay varios tipos de besos, no sólo los de su madre, le he comprado este libro.

Es de Selma Mandine y Jaguar Ediciones.
Me encantan las ilustraciones que tiene. Es una de las cosas que más valoro a la hora de comprar un libro. Sobre todo, ahora que boliche todavía no sabe leer (no si lo de encontrar trabajo le va a costar, ya veréis…).
Te explica como son los besos, del abuelo, de la abuela, del perro, etc., muy didáctico, si señor.

Lo hemos llevado a la escuela porque Super-Patri, nos pidió que lleváramos un cuento cada niño de la clase para leerlos allí.
Parece que les ha gustado mucho. Sobre todo cuando han llegado al momento de la práctica. Ya se sabe que es mucho más divertido la práctica que la teoría. Y los enanos no iban a ser menos.
Algunos después de tanta ensayo, ya se han hecho pareja formal y ya estamos invitados a varias bodas para el año que viene. Ya se sabe que los preparativos llevan mucho tiempo. Que bonito es el amor!

Boliche de momento no tiene idea de echarse novia, dice que con 18 meses es muy joven para meterse en esos fregaos y que bastante tiene con aguantar a su madre, como para soportar las exigencias “besuconales” de otra mujer. Ni loco!

Pobrecito, le tengo aburrido. Un día, por gusto, voy a contar los besos que le doy al cabo del día…
Ahora he descubierto una forma de que me los de él sin yo pedírselo. Si, si, como lo oís, bueno, como lo leéis.

Resulta que cuando estábamos en la cama o en el sofá y yo quería hacerle un poco de rabiar, le decía: boliche, mamá se va a dormir! Y yo cerraba los ojos. Bueno no los cerraba del todo para controlar que hacía, claro.
Le daba una rabia…, entonces iba él y con sus deditos me cogía el párpado para subírmelo. Casi me saca un ojo un día.

Este fin de semana, cuando le hacía eso que tanta rabia le da, le dijo su padre, boliche dale un beso a mamá a ver si se despierta. Me mira y me da un beso en la nariz!!!!. Ains!!!! Que me lo comoooooooo.

Os podéis imaginar que fin de semana me he pasado, ¿verdad?. Mis suegros y cuñados pensaban que sufría de narcolepsia.
Todo el día entrando en estado catatónico cada 5 minutos. He perdido la cuenta de todos los besos que me han caído en la nariz, la frente, la boca, los ojos.

Que abusona!, pero es que no me puedo resistir.

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